Crepería
(Por WALTER DITRICH. walter@semreflejos.com.ar).- Según un argentinismo clásico, un «PANQUEQUE» es aquel que, «cambia de opinión muy fácil». Es decir, que ayer pensaba una cosa, y mañana otra. «Se da vuelta como un panqueque» decimos en esta Argentina mía cuando falta la coherencia, o las convicciones escasean.
Alberto Fernández volviendo con Cristina. Pichetto en fórmula con Macri. Massa de vuelta al kirchnerismo. Son ejemplos recientes de grandes PANQUEQUES DE LA POLITICA ARGENTINA.
De tal forma, que en las próximas elecciones el cuarto oscuro se parecerá a una gran CREPERÍA. Osea, el lugar donde se venden panqueques. Los ciudadanos, podrán elegir allí el panqueque que más le gusto, o el que les caiga menos pesado. Aunque, en muchos casos, por la falta de opciones, muchos votantes terminarán comiéndose un panqueque «con gusto a sapo» simplemente porque les repugna comer la otra opción del menú.
Los panqueques, se excusan diciendo que «los partidos políticos ya no existen más» y que los une «el mismo proyecto» y declaran que únicamente los mueve la intención de generar un «gran frente nacional que saque adelante al país» o le gane al panqueque de enfrente.
En los casos citados, son argumentos endebles.
Repasemos. Es cierto que las estructuras de partidos políticos tradicionales están en crisis y el sistema político nacional a mutado a políticas de frentes electorales donde vivimos EL GRAN FESTIVAL DEL PANQUEQUE ELECTORAL. El panqueque Juan y el panqueque Pedro, que estaban juntos, bien podrían haberse distanciado porque no coinciden en el rumbo económico, el cepo al dólar, el tarifazo, la política energética o lo que fuera. Juan y Pedro se pueden separar diciendo del otro «es una buena persona, un gran dirigente, pero tenemos diferencias políticas». Y cuando esas diferencias se zanjen, o surjan puntos de encuentro, Juan y Pedro bien pueden volver a estar juntos. Pero si el uno del otro dijeron que, «es un delincuente, lo peor que le pasó al país, es corrupto, autoritario y bla bla bla», deberían no amontonarse nunca más. Porque quien acusó al otro de tales cuestiones, se estaría convirtiendo en cómplice político de lo que dijo combatir.
Y encima, abrirán la Crepería de gusto, porque todos arreglaron las listas entre gallos y medianoche y nadie irá a internas. ¿Para qué corno gastamos fortunas en las PASO, entonces?.
Sino te gusta la metáfora del panqueque, bien podés usar la definición de sandwich que alguna vez inmortalizó Maradona al hablar de Neustadt. «Le dicen sanguchito de miga: está siempre al lado de la torta".
Como sea, los panqueques o los sandwichitos tienen gusto a trucho y encima nos salen caros.
A esta altura, y viviendo en la Argentina de la Crepería, no me resta más que parafrasear a un célebre pensar cuando dijo: « estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros”.