Provincial
1 de Octubre de 2019

Hace más de cuatro meses que no sesionan los diputados bonaerenses

Hace más de cuatro meses que no sesionan los diputados bonaerenses

Si no fuera por las visitas escolares o alguna que otra actividad institucional, la enorme araña de luces en el recinto de la Cámara de Diputados de la Provincia hubiese permanecido apagada desde mayo pasado. El 9 de ese mes, en medio de una crisis institucional que derivó en el pedido de licencia de su presidente, Manuel Mosca, se hizo la última sesión del cuerpo.

Desde entonces, los diputados de la Provincia no volvieron a tratar proyectos, ni debatir iniciativas. En todo 2019, los diputados bonaerenses sólo sesionaron tres veces. Y es muy probable que no lo vuelvan a hacer, al menos hasta el próximo 10 de diciembre, con el recambio legislativo.

“No hay conducción ni acuerdos políticos mínimos como para convocar una sesión”, dice un legislador con mucha trayectoria, que recuerda que hasta hace poco tiempo, la Cámara baja de la Provincia sesionaba al menos dos veces por mes, un ritmo que apenas bajaba un poco en los años electorales. El de este año, es el parate más fuerte de la Legislatura bonaerense desde el retorno a la democracia y el reinicio de la vida institucional de la Provincia en 1983. Nunca desde entonces hubo tan poca actividad en el cuerpo.

La baja en el ritmo de sesiones de la Cámara baja es una tendencia que se viene dando en los últimos años. En 2017 y 2018 solamente hubo 9 encuentros por año, uno por mes, si se toma en cuenta que el período legislativo de sesiones ordinarias va de marzo a diciembre.

Pero este año hubo varios elementos que se conjugaron para una situación que ya

genera incomodidad entre los propios legisladores y que se traduce en un parate general, ya que también mantiene a las comisiones parlamentarias virtualmente congeladas. Fundamentalmente, incidió la situación particular del presidente del cuerpo, Manuel Mosca, quien volvió a ponerse en funciones hace algunos meses después de una licencia por 60 días que descomprimió el escándalo por la denuncia de acoso sexual impulsada por una militante de Cambiemos, que fue respondida con una denuncia por extorsión por parte del legislador de Bolívar.

El caso se conoció a principios del año parlamentario y estalló como una bomba en la Legislatura bonaerense. Acompañada por dirigentes del macrismo, la militante del PRO que compartió actividades con Mosca en la campaña de 2015 se presentó en la Oficina de Violencia de Género de la Corte Suprema y denunció una situación de abuso por parte del entonces funcionario del gobierno porteño y candidato a diputado del riñón de María Eugenia Vidal. Mosca respondió con una denuncia ante la Fiscalía 11 de La Plata por una supuesta extorsión en su contra.

LICENCIA Y REGRESO

La situación política e institucional de Mosca se fue complicando hasta tal punto que el diputado, de 37 años, casado con la senadora nacional Gladys González, decidió pedir una licencia por 60 días y su propio desafuero, para que la Justicia investigue las denuncias cruzadas con la militante del PRO. El pedido se trató y se aprobó en una sesión el 9 de mayo pasado, en la que la presidencia fue ocupada por la peronista Marisol Merquel. Hasta entonces, Mosca sólo había presidido dos sesiones.

Ahora, el diputado volvió a ponerse en funciones y a ocupar la presidencia. Su licencia había generado muchos inconvenientes en el funcionamiento administrativo de la Cámara y ponía en peligro acuerdos básicos con otras fuerzas políticas. Pero Mosca volvió sólo para eso y avisó que no iba a volver a ponerse al frente de una sesión. Que si la había, volvería a pedir licencia. No hará falta, parece. Nadie cree que vaya a haber otra sesión hasta que se produzca el recambio de diciembre y haya nuevas autoridades.

La parálisis se siente en los pasillos y contrasta con el Senado, que pese al año electoral logró mantener un ritmo de sesiones desde marzo a esta parte. Con esta estadística, 2019 se encamina a ser el peor año en materia de trabajo parlamentario. Según datos de la Secretaría Legislativa, que lleva el registro de sesiones de la Cámara, este “apagón legislativo” es el más prolongado desde la vuelta de la democracia en 1983. Algunos recuerdan los 79 días seguidos sin sesiones de 2005 como uno de los períodos más largos de inactividad. Pero ese año hubo 16 sesiones, cinco veces más de las que habrá este año.

RÉCORD

Los registros muestran que desde el retorno a la democracia, los otros dos años con menos actividad legislativa de Diputados habían sido 2017 y 2018, también bajo el control político de Cambiemos. Ese dato, para muchos, refleja la decisión política del

gobierno de María Eugenia Vidal de no permitir que el peronismo utilice la Legislatura como una plataforma política.

Los legisladores que asumieron tras las elecciones de 2017 se sentaron en sus bancas tan solo 15 veces, incluyendo tres encuentros en diciembre de ese mismo año, a raíz de una conflictiva negociación por el Presupuesto.

El año con más encuentros registrados, de acuerdo a los datos de la Secretaría Legislativa, fue 1984, con 43 reuniones. En tanto, en 1986, 1988 y 1990 hubo 34 sesiones. Quienes terminan su mandato este año, por su parte, tuvieron hasta ahora 35 encuentros.

Pero además, este año se rompió el acuerdo político que mantenía Vidal con Sergio Massa en la Legislatura que le permitió a la Gobernadora sacar las leyes que necesitó desde su llegada a La Plata. Con todos esos elementos, no parece haber ni un solo dato que permita pensar que Diputados vaya a reactivarse en este contexto y hasta fin de año.