TRAS 35 AÑOS DE VETERINARIA SE JUBILA ADRIANA PIEDRA
Siempre atendió pequeños animales y remarca que con los dueños de las mascotas se entabla un vínculo especial. «es duro tomar una decisión ante una eutanasia porque el animal no habla y nosotros tenemos que hablar por ellos. uno se siente responsable», dice. Fue una de las principales impulsoras de las castraciones gratuitas.
Al recordar por qué eligió esa carrera, la médica comenta "Fue una vocación de chica. Cuando estaba en cuarto grado ya decidí que esto era lo que me gustaba. Viene de familia porque en mi casa, siempre tuvimos animales y siempre se llamó al veterinario. Yo decidí la veterinaria de entrada. Además, en esa época no había tantas alternativas como ahora y si empezabas a estudiar algo, seguías con esa carrera. No podías estar cambiando" dice Adriana a la vez que subraya el esfuerzo que hicieron sus padres para poder apoyarla en sus estudios
Viajar 4 horas diarias
"Estudié en tiempos difíciles porque entré a la facultad en 1978, durante el proceso militar y yo vivía en San Miguel, cerca de Campo de Mayo. En las universidades había problemas; pero en ese momento yo no sufrí esa situación. Después me enteré por algunos compañeros de estudio todo lo que pasó" recuerda.
"Para ir a la Facultad viajaba cuatro horas por día: dos de ida y dos de vuelta porque me quedaba lejos y en ese entonces no se podía pagar un lugar donde quedarme a vivir. La carrera se me alargó un poco porque en los dos últimos años empecé a trabajar. Fueron 7 años viajando. Por suerte pude trabajar en una veterinaria bastante completa, en San Miguel. Era de los veterinarios que atendían a nuestras mascotas y como yo estaba en cuarto año, fui un día y le pedí de asistir como oyente. No es lo mismo, el estudio que las prácticas. Ahí aprendí mucho y cuando me ofrecieron trabajar en Saavedra, ya venía con una experiencia" señala.
Saavedra
Al detallar el momento en que llegó a la localidad de Saavedra para comenzar a ejercer, Adriana recuerda "El contacto con Saavedra y luego con Pigüé, se dio en 1985 con la familia de Ricardo Meiller que estaba con Luis Meiller y Daniel Piccirillo. Ellos recibían pasantes de la universidad que te pagaba una semana de prácticas en algún lugar de la provincia de Buenos Aires. Te anotabas y después te tocaba por sorteo. Si bien yo sabía que no iba a hacer grandes animales, conocer el campo y la vida rural era otra experiencia. Un año antes de terminar la carrera hice esas prácticas y me enamoré del lugar: Saavedra, la tranquilidad, las sierras… entonces cuando me recibí, dije 'vengo de vacaciones a probar' y me quedé. Después de esas prácticas, trabajé un año en Saavedra y viajaba a Pigüé dos veces por semana a la veterinaria de Luis Meiller. Así fue que me decidí a ejercer en Pigüé porque tenía más cantidad de trabajo y así evitaba cortar los tratamientos que empezaba. Aún hay gente que me sigue de esa época",.
Pequeños animales
"Siempre trabajé con pequeños animales. El ejercicio de la profesión es muy diferente en un área de producción a cuando el animal es una mascota de la familia. Los animales no se maltratan pero cuando el objetivo es la producción hay otro tipo de manejo" afirma Piedra.
Al respecto comenta "En la clínica de pequeños animales, entre el dueño de la mascota y el veterinario se entabla una relación de confianza y también de amistad. Es como el pediatra de los chicos o el peluquero. No es que uno sea ni el mejor ni el único, sino que pasa por la confianza. También he tenido gente que atendí durante mucho tiempo y han venido otros veterinarios y han elegido a otro. Lo acepto y me parece bien porque cada uno busca lo que considera mejor para su mascota o tiene más empatía con otro. Incluso yo misma a veces derivo o sugiero que pidan otra opinión" asegura.
Curiosidad
Durante 35 años de profesión, sin duda Adriana ha asistido a muchos y variados animales, pero como curiosidad cuenta una ocasión en que alguien llevó a su consultorio, un erizo.
"Para mi una mascota es un animal que está libre pero te obedece. Un animal que está en una jaula, una pecera o en otro recipiente sin libertad son mascotas no tradicionales. Hay gente que tiene conejos, víboras, arañas. Una vez me trajeron un erizo y no lo pude atender porque se había puesto a la defensiva y no se desenroscaba de sus púas. No lo pude revisar. Realmente lo lamento por esos animales, pero para mi no son mascotas" reflexiona.
Especialización
Respecto de la evolución de la tecnología aplicada a la medicina animal, la médica veterinaria opina "Nosotros no estamos en el primer mundo. En Estados Unidos existen clínicas veterinarias mejores que un hospital de acá. No obstante en nuestro país cada vez hay más especialización y métodos complementarios. Por ejemplo en Bahía Blanca y Suárez hay traumatólogos, oftalmó-logos y kinesiólogos veterinarios. Igual que en el ser Humano cada órgano tiene que tener su especialista, porque el organismo animal es similar al Humano y hay muchas patologías. Nosotros en general somos clínicos: atendemos de todo un poco, pero lo ideal es que cada vez haya más especialidades para tratar de dar en la tecla con patologías que a veces se nos escapan de las manos".
Tenencia responsable
Sobre la problemática de los animales sueltos en la vía pública, Adriana dice "No se si algún día se terminará" pero a la vez reconoce que en nuestro distrito se ha avanzado a lo largo de los años. "Con "Los Amigos del Refugio" estuvimos alrededor de seis años colaborando. En esa época no había un lugar en buenas condiciones para los perros que se juntaban de la calle. Los perros estaban en el basurero. Con este grupo logramos un plan más organizado para alimentarlos de manera acorde y que el municipio destine un presupuesto para el alimento balanceado. También fuimos a otros municipios a averiguar sobre las campañas de castración gratuita porque se veía que la reproducción en exceso era una de las causas de los animales en la calle y por suerte lo aceptaron y hoy se continúa. Son todas herramientas que se empezaron a usar para solucionar la problemática pero no alcanzan porque el responsable es el ser Humano. Las políticas no tienen que apuntar a generar nuevos refugios para que los animales no estén en la calle sino que hay que hacer a la gente, responsable de tener animales en condiciones. No se trata de tener una mascota, abrirle la puerta y que vaya y venga cuando quiera. Hay cierta tolerancia porque a cualquiera se le puede escapar un animal pero se trata de crear conciencia sobre que cuando adopto una mascota es mi responsabilidad. Es una problemática que no se si algún día se terminará" opina la veterinaria.
La jubilación
Cuando Reflejos le pregunta, los motivos que la llevan a decidir jubilarse en su profesión, Adriana Piedra sostiene "Tomé la decisión porque estoy cansada de la responsabilidad. No de mi profesión. He pasado momentos alegres por poder salvar una vida como otros en los en los que acompañé al dueño en el sufrimiento de su mascota, o ayudé a que tengan una mejor ida, en el caso de tener que decidir una eutanasia. Todo eso se va sumando y llega un momento en el que decís ya no puedo más. Hasta acá sigo".
Entre los recuerdos que le han dejado tantos años de atención de la salud animal, Adriana comenta "Los recuerdos más tristes pasan por los momentos en que lloré con el dueño cuando hubo que decidir una eutanasia, porque uno se siente responsable tanto de que el dueño tome la decisión y de que uno la haga efectiva en la práctica; pero hay momentos en los que hay que tomar una decisión porque el animal no habla y nosotros tenemos que hablar por ellos. Hay gente que lo entiende y lo acepta y hay otros a los que uno tiene que aconsejar. Pero también hubo muchos recuerdos alegres. No puedo elegir uno en particular" afirma Piedra a la vez que agrega "Hoy hay muchos profesionales nuevos y la gente tiene acceso a la atención. Cuando yo empecé éramos pocos. Para que la veterinaria no se cierre, tenemos la propuesta de la médica veterinaria Guillermina Puente que va a seguir acá y le deseamos toda la suerte. Ya no voy a poder ejercer pero voy a seguir las interconsultas. En eso no hay problema porque hay casos con patologías que atendí durante muchos años y no las puedo cortar de golpe".
Agradecimientos
Repasando su trayectoria profesional y las personas que la acompañaron, Adriana no duda en mencionar "Primeramente quiero agradecer a todos los que me confiaron la salud de su mascota. Trabajé prácticamente sola pero siempre con la ayuda de amigos. Gente no profesional pero que me ha ayudado muchísimo. Cuando nos mudamos acá, hace 12 años, ya necesité otro tipo de ayuda por la parte comercial y también tuve gente maravillosa".
Al hablar de su propia mascota, Adriana sonríe diciendo "Yo tengo a 'La Negra peleadora' que está siempre acá, en la veterinaria. Ella va y viene. Siempre tuve una animal por vez y siempre fueron animales rescatados".
Por último, la veterinaria agregó "Agradezco a todos los que me apoyaron, pero especialmente a mis padres que con mucho sacrificio me dieron la oportunidad de esta profesión.
Y a los dueños de animales, decirles que sigan cuidándolos, siendo responsables y que ante el sufrimiento le den una alternativa de curación y amor" concluyó Adriana Piedra.