SEMANARIO REFLEJOS CUMPLE HOY 22 AÑOS
Este medio, fue fundado por dos jóvenes que vieron el vacío dejado en Pigüé por el desaparecido Nuestro Tiempo que había pasado por varios propietarios y en la última época era dirigido por Jorge Sandoval, quien a la postre se sumó a nuestro emprendimiento.
Cuando cerró Nuestro Tiempo, Mauro Martínez, estaba terminando la carrera de periodismo en La Plata, viajó a su ciudad natal para pasar las vacaciones y al enterarse de que ese periódico (de mucha trayectoria) había cerrado se contactó con Pablo Olivera, quien trabajaba en el diseño de esa publicación antes de su cierre.
Juntos decidieron fundar un nuevo medio. Iniciaron los trámites y entre todos los nombres sugeridos al registro de la propiedad intelectual (se deben enviar varios nombres y se descartan los ya registrados), pasamos a llamarnos Semanario Reflejos.
En realidad, la elección que hizo el Registro de la Propiedad Intelectual no nos causó mucho beneplácito, porque nuestro actual nombre no era el que más nos gustaba. Se habían otros como Voces o Generación XXI , pero terminamos con Reflejos.
Todavía nos cargamos entre nosotros diciendo que parece nombre de peluquería. Incluso, hace no muchos días atrás una mujer ingresó a nuestra redacción preguntando si «acá es la peluquería».
Primeros pasos
Con dos computadoras usadas y funcionando en un garage de calle San Martín propiedad de la familia de Pablo, vio la luz el primer número que se imprimió en Imprenta Feller (Carhué).
Para el cuarto número, se sumó Walter Ditrich - Lic. en Comunicación- que residía en La Plata. Y así, los tres siguieron trabajando en hacer crecer el periódico con muchas carencias, pero con ganas de superarse.
Contábamos con una pequeña cámara de fotos familiar con el mecanismo gastado que hacía un ruido insoportable cuando corría el rollo, lo que originaba los chistes de los retratados diciéndonos cosas como «ponele aceite!».
En ese tiempo, Reflejos aparecía los viernes y se imprimía los jueves en Carhué, protagonizándose maratónicos viajes para llegar a tiempo antes del cierre de la imprenta.
Fueron verdaderas epopeyas los viajes a Carhué en el Ami 8 celeste de la familia Martínez con el cansancio a cuestas y la falta de descanso, además de la poca velocidad crucero del móvil.
Con una tirada de apenas 500 ejemplares con la que nacimos, Reflejos se fue posicionando en la comunidad, compitiendo con Semanario Pihue, que llevaba mucho más tiempo de trayectoria.
La imprenta
A principios de 1.999, decidimos adquirir los talleres gráficos para imprimir nosotros mismos nuestro periódico. Un crédito y los ahorros de un año donde no retiramos un centavo de ganancia (ayudados por nuestras familias que nos bancaron para subsistir) nos permitió adquirir una imprenta usada modelo ‘ 73 marca Cabrenta, que adquirimos a una publicación que había cerrado sus puertas en Darregueira.
Para poder funcionar mejor, alquilamos un local en calle Monseñor Durban y para lograr una mejor cobertura periodística pasamos a aparecer los días lunes. La inexperiencia en la industria gráfica nos produjo muchos dolores de cabeza y para imprimir los primeros 500 ejemplares llenamos la caja de una camioneta con desperdicio de papel.
Después, con un service adecuado a la máquina que no funcionaba tan bien como nos habían dicho y en largas noches de esfuerzo, pudimos salir adelante.
Muchas veces la maldita máquina no quería andar y la hemos dejado abandonada hasta el otro día con la amenaza de «prenderla fuego» si no comenzaba a funcionar bien.
La fotografía
Sin la posibilidad de revelar fotos los fines de semana en Pigüé, decidimos adquirir los elementos para montar un pequeño cuarto oscuro para revelar nosotros mismos en blanco y negro. Fue justo cuando ingresaron las primeras cámaras digitales al país, ahorrándonos mucho trabajo.
Se trataba de una EPSON con enormes limitaciones, puesto que vista desde hoy es arcaica. Pero en ese momento nos permitía sacar las fotos y bajarlas en la compu para pasarlas al original del diario en pocos minutos.
Luego de un 1.999 exitoso, a fin de año logramos duplicar nuestra tirada inicial. Claro que los mismos tres que iniciamos esta aventura escribíamos, diseñábamos, imprimíamos y doblábamos a mano diario por diario, para poder hacer viable el proyecto.
De a poco, se fue sumando gente y en los inicios de ese año Jorge Sandoval llegó para trabajar en el deporte y Luis como aprendiz de imprenta.
En el año 2.000, la necesidad de ampliar horizontes, hizo que Mauro Martínez se radicara en Puan para que Reflejos tuviera un periódico en ese distrito. Nos mudamos a Sarmiento 115 para trabajar más cómodos con el taller de imprenta separado de la redacción.
Es que en local anterior teníamos la máquina de imprimir a escasos metros de las computador
es produciendo un ruido insoportable. Hasta teníamos que parar de imprimir para hablar por teléfono.
Allí, a pesar de la crisis que afectó al país, y las dificultades propias de un pequeño emprendimiento que lucha por continuar, pudimos ir creciendo de a poco. En una temporada hicimos dos salidas semanales en Pigüé, más la de Puan.
Cuando ocurrió el desbarajuste económico de 2.001, hasta tuvimos que recurrir al ingenio criollo para inventar un sistema que permitiera bajar el costo de los originales del diario. Lo hicimos adaptando el material que se usa en las máquinas pequeñas a la imprenta más grande. Funcionó y los diarios colegas de la zona copiaron el invento que posibilitaba abaratar costos.
Pasado el sofocón, adquirimos nuevo equipamiento informático y modernizamos todos los elementos necesarios para presentar un producto de la mejor manera posible.
Por cuestiones personales, Mauro dejó Reflejos a mediados de 2.004 y poco después cerramos el periódico de Puan por la imposibilidad logística de mantenerlo.
Apostamos a seguir creciendo en nuestro lugar y nos lanzamos a trabajar en el rubro de comunicación visual haciendo trabajos de ploteados en cartelería, autos, calcos, vidrieras, etc. Esto nos obligó a mudarnos a nuestro local actual de 25 de Mayo y Libertad, para poder prestar este nuevo servicio de la mejor manera. Servicio que luego interrumpimos por las variables económicas de inflación que lo hacen difícil de mantener.
Posteriormente, se instaló en nuestra redacción el PRIMER LABORATORIO FOTOGRAFICO DIGITAL de la ciudad, con el que brindamos el servicio de revelado de fotografía hasta hace un año y medio durante unos 8 años. Servicio que dejó de prestarse debido a las nuevas variables del mercado.
Desde hace cuatro años, instalamos en nuestra redacción los estudios de REFLEJOS RADIO (97.9), desde donde realizamos cotidianamente nuestra labor informativa a través del aire, y meidante internet llegando a todo lugar en el mundo donde alguien quiera conocer las «noticias de nuestra gente».
Desde 2017 además, no imprimimos más estas páginas en nuestros talleres gráficos. Habiendo contratado el servicio de imprenta con nuestros colegas de NUEVO DIA en Coronel Suárez.
Y cada día, a cada minuto, durante los 365 días del año, nos comunicamos, les informamos y opinamos a través de nuestra página web y nuestra presencia en Youtube, Facebook, Twiter e Instagram.
22 años
Hoy, 22 años después, aCa semana, ni bien estas páginas llegan a vuestras manos comienza el desafío de la próxima edición. Sin dudas, este pequeño camino transitado no hubiera sido posible sin todos los que nos apoyaron, los que aquí trabajaron y trabajan, nuestros clientes, nuestros lectores, nuestros proveedores, nuestros allegados y amigos... A todos, muchas gracias y esperamos seguir contando con todos por muchos años más.