DISCURSO POR LOS ACTOS EN EL DIA DE LA INDENPENDENCIA
A raíz de la supención de los actos por el Día de la Independencia hoy 9 de Julio se comparten en las redes sociales todos el discurso preparado por miembro de la Comunidad para los actos de 9 de Julio
Cada 9 de julio es una ocasión perfecta para cantar el Himno a todo pulmón, para comer pastelitos o empanadas, compartir emociones y resaltar las costumbres y tradiciones de nuestra cultura. Siendo niña, esperaba con mucho entusiasmo los actos escolares del Jardín o la Escuela para representar el momento más importante de la historia argentina.
Hoy no hay desfiles ni guardapolvos blancos. Los jardines y las escuelas están vacías. Esta plaza también. No hay vecinos, no hay banderas ni pancartas de las instituciones que tanto hacen por nuestro pueblo. Nos despierta un sentimiento de tristeza no poder encontrarnos para conmemorar esta fecha patria como nos gusta a los arroyocortenses: con bailes, con música, con poesías, con comidas típicas, con mucha alegría, y sobre todo, juntos.
Sin embargo, este día nos invita más que nunca a la reflexión. 204 años nos dan la perspectiva necesaria para repensar el camino recorrido desde aquel 9 de julio hasta el presente. Es un buen momento para preguntarnos, ¿de qué estarían orgullosos los congresales si pudieran observarnos hoy?
Tucumán, la provincia más pequeña, fue elegida como sede del Congreso. Para llegar hasta allí, los representantes de las Provincias Unidas tuvieron que trasladarse en carretas tiradas por bueyes, por caminos muy difíciles, en medio del frío y muchas veces con hambre. Fueron viajes de semanas y hasta meses. Pero el sacrificio no era en vano; iban hacer algo trascendental por su pueblo: liberarlo por fin de España. Ese día, el 9 de julio de 1816, Francisca Bazán de Laguna abrió las puertas de su casa para acunar la historia de nuestro país.
Los congresales eran hombres de carne y hueso, como nosotros, con muchos miedos, con dudas y dificultades. No pensaban igual, pero tuvieron la grandeza de ver más allá de sus diferencias. La independencia por la que tanto lucharon tiene que ver con ellos y con todos nosotros. Porque nos dejaron un legado que debe comprometernos hoy y siempre. Aún estamos en deuda con ellos, con nuestra historia, con nuestro presente y nuestro futuro. En definitiva, estamos en deuda con nosotros mismos.
Hoy es un buen momento para no hacernos los desentendidos ni ajenos a aquel acontecimiento de 1816 que imprimió una huella en el corazón de todos los argentinos. Es hora de poner en valor a esos hombres y mujeres que abrazaron con coraje y valentía la causa de la libertad. Ponerlos en valor es ir más allá de las palabras. Es volver a decir SÍ como lo hicieron ellos en nuestra querida casita de Tucumán:
Sí al respeto y defensa de nuestros derechos como argentinos frente a otras naciones.
Sí al amor a la Patria, demostrado en acciones cotidianas, en el pueblo, en la escuela, en el club, en el trabajo.
Sí a cuidar este lugar tan puro y sano en el que vivimos y vemos a crecer a nuestros niños.
Sí a ser solidarios con los que menos tienen.
Sí al respeto y al diálogo, porque las cosas que nos distinguen no necesariamente deben separarnos.
El 9 de julio de 1816 nos dio la independencia que debemos seguir construyendo y nos dejó una lección que perdura a través del tiempo: cuando trabajamos unidos, cuando dejamos de lado nuestras diferencias, podemos lograr lo que nos proponemos. En estas circunstancias tan difíciles que estamos viviendo, pudimos llegar a comprender que la independencia y la libertad son los valores más preciados que podemos tener los seres humanos y las naciones. Hoy es nuestro momento de hacer historia.
Como decía Borges, "nadie es la Patria y todos lo somos". La Patria son aquellos que se quedan en sus casas y aquellos que salen para que vos puedas quedarte. Es el maestro que enseña con placer y son los niños y jóvenes que no se rinden a pesar de la dificultades. Es el médico y son las enfermeras que cuidan a nuestros abuelos y abuelas de la Salita. También son los que están en la línea de fuego de la pandemia. Son los bomberos y policías comprometidos más que nunca con la seguridad de cada habitante. Son los chacareros y camioneros que abastecen a nuestro distrito y a cada rincón de la Argentina. Son los comerciantes que trabajan para que no nos falte un plato de comida en la mesa. Son los hombres y mujeres de los comedores y ollas populares. Son las Iglesias que brindan asistencia espiritual y económica a los sectores más postergados. Es el vecino que te hace las compras en el almacén o la farmacia. Son los políticos que dejan de lado sus diferencias para afrontar una situación que nos afecta a todos de la misma manera.
Hoy hacer Patria es cuidarnos para cuidar al otro.
No puedo negar que muchísimas veces me gana la desesperanza y el desánimo. Todos los días me duelen la violencia, la injusticia, la corrupción, la discriminación, la pobreza, la desigualdad. Pero estamos a tiempo y cada día se presenta como una oportunidad para revisar esas actitudes cotidianas que nos alejan del país que soñamos ser.
Me emociona siempre ver la bandera negra y amarilla en algún mástil o ventana. A esa, la que nos identifica a los arroyocortenses, puedo levantarla con tremendo orgullo. Mi deseo es que podamos hacer flamear la bandera argentina bien alto con el mismo convencimiento, y no sólo en un mundial de fútbol. Tenemos todo para alcanzar el futuro que soñamos y ciertamente el primer paso comienza en uno mismo.
En vísperas de las fiestas patronales, le pido a la Virgencita del Carmen que nos cuide e ilumine para seguir trabajando juntos por una Argentina más unida, más solidaria, más honesta, más responsable y justa, en la que todos podamos sentir el orgullo de pertenecer.
¡Feliz día de la Patria!
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Por Karen Alustiza
¡Gracias por el tiempo dedicado para dar un mensaje a la comunidad en el Día de la Idependencia!