EN EL DÍA DEL PAYADOR MARTA SCHWINDT AFIRMA “PAYADOR, SE NACE”
Como todos los 23 de julio, desde 1884 se celebra hoy el Día Nacional del Payador. La fecha tiene origen en una payada entre el oriental Juan Nava y el argentino Gabino Ezeiza en la localidad uruguaya de Paysandú. Este día festivo fue declarado en 1992, aunque la primera vez que se celebró fue en 1996. Gabino el ‘Negro’ Ezeiza (1858 – 1916) fue uno de los precursores de este género narrado y empezó a darle cuerpo para luego profesionalizarla, introducir el contraapunto (la payada a dúo o duelo cantado) y payar por milonga.
Sus inicios y el recuerdo de Mosegui
En un oficio que pareciera ser terreno mayormente masculino, también hubo y hay mujeres que se abrieron camino, con sus habilidades y capacidad como payadoras. Y si de mujeres payadoras se trata, hablar de Marta Susana Schwindt surge con naturalidad.
Amiga entrañable y compañera de escenarios del legendario Walter Mosegui, “Martita Suint” (su nombre artístico) dialogó con Reflejos y antes de comenzar la entrevista, también naturalmente, evocó al recordado payador de Las Piedras (Dpto de Canelones – Uruguay) junto a su esposa Amelia, ambos íntimamente ligados a Pigüé, como “Mi viejo compañero Walter Mosegui, con quien anduvimos tanto”.
Al hablar de su vocación por la payada, Marta recuerda que descubrió que podía ser payadora cuando tenía 8 años. “Yo tenía 8 años. Había empezado antes, a los 7 años a cantar milongas en el viejo fogón de Amanecer Argentino de Radio Mitre. En aquel tiempo, allí llegaban los grandes payadores de entonces y entre ellos Walter Mosegui con Amelia, siempre tan compañera junto a él. Me acuerdo que tenían un auto muy grande y venían con sus niños” comenta Schwindt quien a esa corta edad se presentó en la mencionada emisora radial donde tenía que recitar unas décimas de Martín Castro. En un momento se olvidó la letra y terminó improvisando, dándose cuenta de que podía ser payadora.
“Así fue que descubrí que podía hacer lo mismo que los payadores y bueno asumí desde muy niña mi vocación, tan convencida que no hubo nada que me apartara dicho nada a pesar de haber estudiado y haber seguido otras otras disciplinas dentro de lo que yo tenía también como parte de una vocación; pero la verdadera y la más grande fue la payada” afirma.
Cabe mencionar que MartaSusana Schwindt nació en Sarandí, partido de Avellaneda (Argentina). A los 20 años se fue a vivir a Mar de Plata, ciudad en la que actualmente reside, cursando la licenciatura en Letras en la Universidad Nacional de esa ciudad. Su primer contacto con el arte se dio a los cuatro años cuando ingresó a la Escuela de Danzas Clásicas y españolas.
Con una guitarra que le regaló su padre, a los 9 años participó en un programa de Radio Mitre. En esa misma emisora, tiempo más tarde, tenía que recitar unas décimas de Martín Castro. En un momento se olvidó la letra y terminó improvisando, dándose cuenta de que podía ser payadora. Su primera payada fue en marzo de 1972, con Álvaro Casquero, en el salón del Círculo Católico de Rafael Calzada. Marta Suint ha recorrido casi toda la Argentina y el Uruguay, participando en encuentros iberoamericanos en Cuba y México y también ha llevado el canto del payador desde toda América hasta Japón, Europa y Australia.
La mujer y la payada
Esta payadora es precursora de la entrada de la mujer en el ambiente payadoril, al menos con registros. Están recogidos algunos nombres de mujeres que en otros tiempos habrían ejercitado las payadas de contrapunto como Aída Reyna o Ruperta Fernández, pero no ha sido rescatada ninguna cuarteta de las mismas. Actualmente se pueden señalar nombres como los de Susana Repetto, Liliana Salvat, y Mariela Acevedo.
Sobre cómo logró abrirse camino en un ambiente preponderantemente masculino ya que la mayoría de los payadores son hombres, Marta Schwindt comenta “Tratando de no parecerme a ellos. Tratando de que mi postura y mi lugar dentro de la payada fuera complementario y no competitivo. Creo que es un poco el destino de todas las mujeres que de algún modo fuimos precursoras. En estos momentos estoy terminando un trabajo de investigación precisamente que abarca nombres como Carola Lorenzini, Ana Becker, Paquita Bernardo, en la ciencia Cecilia Gierson, María Angélica Barrera la abogacía. A todas nos costó porque eran disciplinas reservadas para los hombres. No olvidemos que la presencia de la mujer en cuanto a lo social, recién asoma a fines del siglo XIX y después tímidamente a principios del siglo XX, Alfonsina Storni, Delmira Agustini, por mencionar algunos nombres, se animan a asomarse a ese mundo de la payada y de los hombres. En la payada pasó lo mismo. A mi muchas veces me preguntan si antes no hubo payadoras o por qué no se las vio. Y fue tal vez porque en esos ambientes en ese momento no era bien visto que una mujer cantara en una pulpería. A lo mejor lo hacían en el ámbito privado pero no han quedado registros más que de Aida Reyna o Ruperta Fernandez, pero ninguna de ellas hizo una profesión continua del canto. A mí me tocó en ese sentido abrir caminos hasta que llegó Liliana Salvat que fue la primera payadora con la que yo lo improvise. Había antecedentes de Susana Repetto, Susana Velázquez, que habían cantado de niñas y dejaron. Por suerte Susana luego con los años y después de 30 años de ausencia, Susana se volvió a incorporar a este movimiento de mujeres. Yo siempre me sentí muy cómoda porque nunca pretendí ser un hombre” asegura la payadora de Sarandí.
En opinión de Marta Suint, el payador debe defender los derechos humanos, con todo lo que ello implica. Es decir, recordar la triste historia de los desaparecidos, hablar del derecho del peón, del obrero, del jubilado, del niño a tener una buena educación etc. Estando siempre en la retaguardia y denunciando las injusticias.
Origen de la palabra
Algunos historiadores creen que el término ‘payador’ proviene de “payo”, denominación con la que se conoce a los campesinos de Castilla; en Cataluña, por otro lado, eran llamados "Payés". En cualquier caso, se cree que esta expresión artística vino de España. También hay quienes dicen que su origen pudo surgir de los Trovadores de Provenza, a los que les gustaba entablar polémicas en versos.
¿Qué es una payada?
Poeta, cantor, improvisador, así como el payador del campo la utilizaba como forma de expresar sus sentimientos y la realidad que le rodeaba. El payador tiene la habilidad de elaborar la historia, la rima y el canto sobre lo que sucede en el momento en el que está payando o sobre temas que le propone su público. Por lo general, acompaña sus versos octosílabos con guitarra. El tema se presenta en los primeros cuatro versos y se desarrolla en los seis restantes; el pensamiento contenido en la estrofa debe concluir en el décimo verso.
En el contrapunto, cada payador responde las preguntas de su contrincante y luego pregunta del mismo modo. Pueden durar horas y finaliza cuando uno de los cantantes no puede responder rápidamente a la pregunta de su rival.
Este género tuvo un enorme desarrollo en Sudamérica, sobre todo en Argentina, el sur de Brasil, parte de Paraguay, Uruguay y Chile. En Buenos Aires, cada 23 de julio se reúnen decenas de payadores en el monumento al payador, situado en la localidad de Tres arroyos, al sur de la Provincia, para celebrar su día.
“Payador se nace”
Al preguntársele si la habilidad de la payada es innata o se adquiere, Marta, quien al momento de la entrevista telefónica con Reflejos, comentó que estaba tomando mates con su compañero José Silvio Curbelo Fernández, gestor en los ’80 junto a Víctor Di Santo de la iniciativa para declarar el 23 de julio día nacional del payador, aseguró “Yo creo que se nace payador, como se nace con una predisposición para cualquier otra actividad. Siempre pongo como ejemplo a Quinquela Martín que con los pedacitos de carbón de la carbonería de Don Chinchella, él hacía cuadros increíble siendo un niño que habían abandonado en la puerta un orfanato. A mí si me encerraran mil años en una escuela de bellas artes, no lograría nunca pintar como Quinquela o bailar como Julio Bocca. Si bien aprendió las técnicas de cómo hacerlo, yo creo que se trae. Hay una predisposición. Hace unos años, hice un trabajo de investigación que lo presenté en Cuba, sobre La neurofisiología del canto improvisado, o sea, todos los cambios que se producen en un organismo expuesto a un grado máximo de tensiones y concentración. En ese trabajo hablamos y destacamos la importancia del área de broca, que es un área del cerebro que tiene que ver con el asociación de las palabras. En el caso del payador está más desarrollado, pero no porque el payador sea unsuperdotado sino porque hay un ejercicio más continúo del pensamiento. Al igual que un deportista desarrolla más su musculatura y su resistencia, el payador educa la memoria, la ejercita a tal punto de lograr una coherencia dentro de una métrica, de un ritmo y de un concepto que va desde el principio hasta el final de la décima. También es como un salto al vacío y a veces no se encuentra y como es un salto sin red, a veces uno cae donde puede. Pero hay una cuestión adrenalítica impresionante. Puedo asegurar que después de una payada uno queda como si hubiese carpido una quinta.
Rap y Trap
Respecto de los llamados “nuevos payadores” que son los jóvenes artistas del Rap y del Trap, que son géneros musicales más modernos, donde también se apela a la improvisación y el ejercicio de la rima, Marta Schwindt opina “Hepresenciado encuentros de payadores y raperos. Siento por ellos un cariño como puede sentir una abuela por su nieto, porque ellos son nuevos en esto de la improvisación. A veces el vocabulario que utilizan no es un vocabulario que encaje en los moldes que nosotros los payadores, consideramos que debe tener el léxico al dirigirse al gente; pero gracias a Dios yo tengo un recuerdo de una experiencia muy linda en Mar del Plata cuando fui a un encuentro de payadores con raperos, donde alguien pidió un tema y un hombre grande levantó en alto a su nieto para que lo vieran y no puedo decir las cosas hermosas que dijo ese rapero. Llorábamos todos. Lo recuerdo con muchísima emoción porque fue un momento muy hermoso y estaban los chicos de los payadores nuestros también; entonces en ese momento yo pensé si el Rap va a ser esto, ‘Bendito sea’ y ojalá sea esto y no triunfe lo otro, en un tiempo en el que parece que lo chabacano tiene prioridad” concluyó la payadora Marta Schwindt.