FELIZ DIA, MAMÁS: “LO MAS GRANDE QUE HAY!!”
(por WALTER DITRICH. walterditrich@hotmail.com).- ¿Cómo no va a ser grosa la vieja?. ¿Cómo no va a ser lo màs grande que hay?. Si nos dio a todos, lo màs importante que tenemos. NO hay persona en el mundo que no le daba la vida a la vieja. Somos ella. Y lo seremos siempre. Tanto, que el cordón nunca se corta.
Será por eso que la vieja siempre te ve el más lindo. Excusa todos tus errores. Elogia tus logros màs nimios. La vieja de las noches en vela, de la leche calentita, la de la ropa lista, la que acuna, la que abraza. La que espera en casa o sale de casa porque no se queda esperando.
La que multiplica los panes. La de los dientes apretados . La que llora lágrimas silenciosas para que no se note. A la nunca le pasa nada antes que a vos. La que siempre está del otro lado de la puerta. O del llamado. La que es capaz de un coscorrón porque no quiere verte equivocar el rumbo. Y cuando te la mandás, es la màs garantistas de todos los juzgados. Porque conoce del perdón más que nadie.
La vieja es lo màs grande que hay. No te olvides de decírselo. Que se agrande. Que se sienta ancha, orgullosa, mimada, querida. Se lo merece. Muchos más que otros ídolos de barro a los que solemos rendirles pleitesía.
Como se dice siempre: si la tenès abrazala, sino la tenès recordarla con un abrazo al cielo.
Hoy pienso en mi vieja. Pero piensa en otras madres. En las otras madres.
Pienso en las que ya no están. En las que quisieron profundamente serlo y no pudieron. Pienso en las madres huérfanas de hijos. Pienso en las madres de los pañuelos blancos, en las madres de las víctimas de la injusticia y su insoportable dolor. Pienso en las mamás de los presos. En las mamás de los soldados. En las mamás de los desaparecidos y en el sordo dolor de las que parieron a los desaparecedores.
Pienso en las madres de los 44 héroes del ARA San Juan o las de los 649 héroes de Malvinas.
Pienso en las madres que todo perdonan y en las que luchan contra el perdón impune.
Pienso en las madres que abandonaron a sus hijos y en cómo sentirán cada uno de sus días ese nudo en la garganta. Pienso en las madres solteras y en su lucha solitaria ante el reproche del que dirán. Pienso en las madres que ven morir a sus hijos de hambre y supongo que esas muertes injustas parirán las más indetenibles venganzas. Porque esos pibes que no pudieron ser, algún día vendrán con sus madres a cobrarnos la deuda de humanidad.
Pienso en las mamás del corazón que regalan amor a puñados. En esas, que como gallinas, juntan a polluelos bajos sus alas para que no sufran más abandono.
Pienso en las madres. En la mía. En la mamá de mi mamá y en la madre de mis hijos. A todas ellas, embajadoras del milagro: FELIZ DÍA, porque SON LO MAS GRANDE QUE HAY.