La Patria es Poltronieri
(walterditrich@hotmail.com).- “Váyanse ustedes, que tienen hijos. Yo me quedo” gritó Oscar Ismael Poltronieri mientras disparaba contra más de 600 ingleses desde el Monte Dos Hermanas en las Islas Malvinas. Fue el 11 de Junio de 1982.
En la otra punta del Atlántico, la Selección Argentina se preparaba para defender el título de Campeona del Mundo en España, con Maradona como as de espadas. Todo el país miraba el fútbol. El conscripto Poltronieri defendía la patria solo.
Poltronieri, “se puso la diez” .
Tenía 19 años. Era peón rural y analfabeto. Solito y solo aguantó durante diez horas el avance inglés. Oriundo de la localidad bonaerense de Mercedes, había pasado dos meses soportando los dolores de la guerra y viviendo en las peores condiciones. “La comida no llegaba porque el terreno era intransitable y los camiones del Ejército no podían pasar. Tampoco teníamos agua, por lo que tuvimos que sobrevivir con un charco para lavarnos y otro para consumir”, contó después.
Menú muy diferente al que preparaban los nutricionistas para Menotti y sus muchachos en España. Confort escaso, comparado con la comodidad de los estudios de televisión donde los bufones del reino aseguraban que “estábamos ganando”. Mientras los aplaudidores de turno entonaban la Marcha de Malvinas sin saberse muy bien la letra.
La Selección Nacional de Fútbol fracasó en España.
Poltronieri no defraudó. Transpiró la camiseta hasta la última gota.
Ante la superioridad numérica, el coronel Augusto Esteban Vilgré Lamadrid les ordenó a sus combatientes que se retiraran pero no pudo hacer nada ante la tenacidad de “Poltro”. Sabiendo que era probable que todos terminaran muertos ante el ataque inglés, el soldado decidió quedarse solo y atacar mientras sus compañeros se retiraban en busca de refugio.
“Váyanse ustedes, que tienen hijos. Yo me quedo” decía y repetía “váyanse todos, carajo. Yo me quedo y los cubro. Ustedes tienen algo por lo que volver”. Disparó durante horas. Retrocedía cinco metros, disparaba y volvía a retroceder otros diez, de esa forma paraba el ataque inglés. “De esta forma pensaban que era toda una compañía atacando y no avanzaban”, explicó Poltronieri.
Cuando se quedó sin balas, enterró la ametralladora para que no lo hallara el enemigo y retrocedió como pudo. Al reunirse con sus compañeros, muchos no podían creer que el mercedino estaba vivo. “Cuando me vieron no lo podían creer: me habían dado por muerto. Allí me enteré de que se habían rendido a las diez de la mañana. Y recién como a las tres de la tarde yo habìa dejado de combatir. Cuando vimos la bandera blanca colgada en el mástil, la mayoría nos largamos a llorar” relató Poltronieri .
Ante las cámaras, el “General Magestuoso” no se animó a decir la palabra “rendición” y con voz etílica anunció que “el combate en Puerto Argentino ha finalizado”. Nos habían dicho que íbamos ganando por goleada. Pero perdimos feo. La derrota fue una bofetada repentina. “Galtieri, cagòn, salí al balcón!” gritaban enardecidos los mismos que lo habían aplaudido 74 días antes.
Engañada y decepcionada, la nación entera eligió esconder sus miserias bajo la alfombra. De la patriada de Poltronieri nadie se enteró. Un país lo señaló con el dedo y también lo barrió bajo el tapete. Su sobrevida era la evidencia de nuestra estupidez colectiva. “El que no salta es un inglès” cantó la Argentina boba, como en la cancha, mientras iban al matadero miles de pibes sin entrenamiento ni equipos adecuados.
“Cuando llegamos al continente nos llevaron hasta Campo de Mayo. Y después en un colectivo hasta el cuartel. Nos dijeron que no teníamos que contar nada de lo que había pasado en la guerra. Querían escondernos, olvidar la guerra", contó Poltronieri en varias entrevistas.
“No nos daban trabajo. Éramos los locos de la guerra. Yo vendía calcomanías arriba de los trenes, así con mi uniforme verde. Y la gente me gritaba: '¡Que te las compre Galtieri!'. Nos despreciaban, no querían saber nada con nosotros. Nos daban la espalda porque habíamos perdido la guerra", dice. Asegura que al regresar sufrió otra guerra. Esa que algunos llaman la desmalvinizaciòn.
Sobre su pecho, cuelgan las medallas. Una Cruz de Malta de un lado, hecha en plata, y el brillo del Escudo Nacional del otro, realizado en oro. Es la máxima condecoración que da nuestro país. Tiene grabado en el metal: Cruz La Nación Argentina al Heroico valor en Combate. Pero Poltronieri no puede leer esa leyenda: "Hice hasta cuarto grado y se me hace difícil distinguir las letras", explica con sencillez. Fue el único conscripto que recibió tamaña distinción.
¿De qué valen esas medallas si este 2 de abril?.
En esa patria que defendió aquel pibe de 19 años en el Monte Dos Hermanas. Hoy millones disfrutan del feriado. No saben quien es Poltronieri. héroe olvidado participará de algún acto, quizás en la Mercedes natal donde una calle lleva su nombre. Llorará por los 649 centinelas eternos que custodian nuestro suelo usurpado y se volverá a preguntar si valió la pena.
19 años, analfabeto, hundido en una trinchera mojada, congelado y hambriento, viendo como un balazo mató a su amigo junto a èl . Eligió arriesgarlo todo por salvar a sus 150 compañeros. Siguió peleando sin saber que los militares genocidas se habían rendido. Lloró al ver la bandera de rendición. Volvió y lo ocultaron. Lo olvidaron y lo escondieron. Intentó suicidarse y casi vende las medallas que recibió para sobrevivir. Hoy tiene trabajo. Volvió a pisar esa Malvinas que defendió con valor y juró ante la tumba de sus camaradas muertos que nunca los va abandonar.
Oscar Isamel Poltronieri es la historia de Malvinas en persona.
Malvinas es una causa justa, que tomaron manos injustas.
Hoy 2 de Abril, es justo homenajear a Poltronieri. Es justo y necesario el reconocimiento a los 649 héroes caídos en Malvinas. Es justo ovacionar de pie a todos los veteranos que se pusieron la “diez” aunque nunca jugaron un mundial.
Nunca fue tapa de diario, pero Poltronieri es testimonio vivo de que “la patria es el otro”.
Es hora de que los otros hagamos patria y honremos a los mejores:
"LA PATRIA ES POLTRONIERI"...
EN MEMORIA DE LOS 649 HEROES DE MALVINAS:
- Especialmente a los conscriptos clase 62 que combatieron con el Regimiento 3 con actual asiento en Pigüé, soldados conscriptos clase 62: Cabo Julio Rubén Cao, Cabo Andrés Aníbal Folch; Cabo Aníbal Reyes Lobos; Cabo Julio Cesar Segura, (todos caídos el 10 de Junio de 1982).
- Y los caídos que prestaron servicio la Base de Apoyo Logístico Pigüé: Sargento Ayudante Pedro Larrosa; Sargento Alejandro Raúl Pereyra; Cabo Omar Jesús Herrera.
EN RECONOCIMIENTO A TODOS LOS VETERANOS DE GUERRA:
- Especialmente los veteranos locales: Sargento retirado Alfredo Arley, perteneciente al Regimiento de Infantería Mecanizado 7 de La Plata; Cabo Primero retirado Néstor Iriarte perteneciente al ARA Santísima Trinidad; Suboficial principal retirado y fallecido Carlos Ortiz, perteneciente al Regimiento de infantería mecanizado N° 6.