Editorial
26 de Abril de 2021

¡QUÉ PAÍS DE PELOTUDOS!

¡QUÉ PAÍS DE PELOTUDOS!

¡QUÉ PAÍS DE PELOTUDOSSS!!!- dijo  ofuscado el señor. Se subió al auto y se fue.

Había llegado minutos antes. No soportó más de cinco minutos haciendo cola.

La empleada hacía sociales con un cliente demandante.

Yo era el segundo esperando en la vereda. El señor enojado quedó en tercer lugar.

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-          ¡Qué paciencia hay que tener!!!.---  respoló.  Miró a la empleada y me apuntó con los ojos buscando complicidad en su queja.

-          Es igual en todos lados.... – le respondí.

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Siguió con la queja explicando que en otro negocio no lo dejaron ingresar porque se había olvidado el barbijo.

-          ¡¡Mirás el restaurante y …..¡Están todos amontonados sin barbijo!!! – prosiguió quejándose.

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-          ¡Como si el virus esquivara las mesas!- ejemplificó dibujando trayectorias en el aire.

Fue cuando se hartó. Sentenció que éramos un país “de pelotudos” y se fue.

Seguíamos esperando.

El primero en cola, que fue testigo de la escena, emitió veredicto:

-          No queda otra… ¿Qué vas a hacer?.... Si te dicen que esperes, esperás….-

-          Y sí… Si nadie acata nada es complicado…- respondí.

-          Igual, todo esto a mi también me parece una boludez…- arriesgó el cliente.

-          ¿Por….? …-

-          “Esto, no sirve para nada….- dijo señalándose el  barbijo de tela-… “Para pintar usamos máscaras especiales, y para un virus mortal, ¿Nos cuidamos con ésta telita de mierda?”- agregó con firmeza.

Le devolví un gesto de no saber encogiendo los hombros….

-          Somos medio pelotudos…. – dijo para subrayar  lo que ya parecía el hashtag del día.

Me quedé pensando en los más de 60 mil muertos que se llevó el Covid en nuestro país.

¡60 mil muertos!!!!... 60 mil personas son más de tres Pigüé, dos Trenque Lauquen, un Sarandí o un Tres Arroyos y medio o todo Punta Alta.

Veo gente tomar mate en el Parque de la misma bombilla. En redes sociales siguen apareciendo fotos de juntadas familiares, barbijos en la pera y muchas imágenes de la vieja normalidad. Y hay millones de argentinos esperando las vacunas que no llegan…

De Ushuaia a La Quiaca, los reportes hablan de saturación de camas en los hospitales y está empezando a faltar la provisión de oxígeno.

Mientras tanto,  el Presidente, Larreta y Kicillof se chicanean como niños.  Hay quienes convocan a boicotear medidas sanitarias, a no cuidarnos y hasta se denuncia por “envenenamiento” a quien consigue vacunas. Un coro de fanáticos sigue agrietando la pandemia. Mientras tanto se nos murió una ciudad de Quilmes entera.

La escucho a Vanina Edul es médica intensivista en el Hospital Fernández. Llora por tele. Escribió en las redes sociales contando historias de pacientes con Cavad, muchos de los cuales engrosan la estadística luctuosa. “Podes ser vos. Puedo ser yo. Tus seres más amados. Tu hij@, tu amig@, tu cucharita a la noche. Ayer estaba soñando. Toca seguir sin ellos. Así de rápido nomás, se lo lleva la pandemia. Pero son números y uno cree entender. Pero no entiende hasta que le pasa. Too late”  escribió la médica.

Ni vos ni yo nos sentimos responsables. O en parte sí. No importa.

Lo concreto es que podemos hacer algo:

Podemos cuidarnos para no contagiar a nadie .

Y podemos cuidar nuestra salud . De paso, no ocupamos una cama hospitalaria que puede salvar otra vida.

La doctora Edul no duda: “¿Soy dramática? ¡Menos que la realidad! ¿Soy amarga? Un dulce de leche al lado de esta enfermedad. Solo quiero que sepas que hacerse el distraíd@ puede ser mortal. Cuidate y un sano consejo al oído: NO OIGAS A QUIEN POLITIZA DESTRUYENDO VIDAS. Después no te la devuelven”.

No escucharla, es de pelotudos….

(*) POR WALTER DITRICH..- walterditrich@hotmail.com

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