Hoy es el día de las vacunadoras y vacunadores
La fecha se instituyó debido a la promulgación de la ley provincial 15.298 que fija el 26 de agosto como el “Día Provincial del Vacunador y Vacunadora” en todo el territorio bonaerense. A través de su reglamentación en el Boletín Oficial, la normativa fue instruida en conmemoración del natalicio del doctor Albert Sabin, "en concordancia con el artículo 28 de la Ley Nacional N° 27.491".
La enfermera Marta Helbert que se encuentra desde el mes de enero de este año aplicando dosis contra Covid-19 en la posta vacunatoria que funciona en la UPSO de Pigüé explicó que para desempeñarse allí, todas las enfermeras debieron realizar una capacitación específica.
Sobre cuál es la diferencia en aplicar otro tipo de inyección y una vacuna la profesional de la salud detalló "Son diferentes componentes, también puede ser distinta la zona de aplicación o la conservación de las vacunas. Por ejemplo las del Covid-19 algunas vienen congeladas otras no y requieren diferentes tipos de conservación".
Asimismo Helbert aclaró que el equipo que se desempeñan la UPSO está integrado por vacunadoras "eventuales" ya que antes de la pandemia no cumplían esa función. En este sentido Marta Helbert destacó que hay enfermeras vacunadoras que son "especialistas" en dicha tarea.
En la actualidad se están aplicando aproximadamente 500 dosis por día en la posta vacunatoria local contra Covid.
¿Por qué el 26 de agosto?
El día se instituyó en conmemoración del nacimiento de Albert Sabín.
El Dr. Albert Sabin, nacido en Baylistok (Polonia) el 26 de agosto de 1906, fue microbiólogo polaco de origen judío que se vio obligado a huir de su país por el antisemitismo en 1921, año en que emigró con su familia a Estados Unidos.
Nueve años después obtuvo la nacionalidad estadounidense y en 1931 se licenció el Medicina por la Universidad de Nueva York. Fue en sus años universitarios cuando comenzó a investigar sobre la polio. Entre 1935 y 1937 trabajó como profesor asociado en el Instituto Rockefeller y a partir de 1939 se convirtió en profesor pediátrico en la Universidad de Cincinnati.
Revolucionó la medicina a finales de la década de 1950 al descubrir la vacuna contra un mal que cobraba la vida de millones de personas: la poliomelitis.
La poliomelitis es una enfermedad viral, que se contagia entre las personas a través de sustancias contaminadas con excrementos humanos, que históricamente ha causado estragos en la población mundial. El virus de la polio ataca el sistema nervioso y puede causar parálisis temporal o permanente e incluso la muerte, y especialmente se ceba en niños, mujeres embarazadas y ancianos.
El descubrimiento de la vacuna oral para combatir la polio, que se comenzó a impartir a los niños diluida en un terrón de azúcar, ha permitido erradicar del planeta prácticamente ese mal, considerado desde la antigüedad como una lacra de la humanidad.
Desde su descubrimiento, la incidencia de esta enfermedad en el mundo se ha reducido en más del 99 por ciento y se ha erradicado de occidente.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) afirmó que en 2005 la poliomelitis afectó a 1951 personas en todo el mundo. LA OMS lanzó en 1988 una campaña mundial de erradicación de la polio que pretendía acabar con la enfermedad para el año 2000.
Sus investigaciones tomaron como punto de partida el trabajo desarrollado por el científico Jonas Edward Salk, quien, tras cultivar en su laboratorio los tres tipos de virus muertos, que se convirtió en la primera vacuna antipoliomelítica.
Sabin echó abajo la teoría que sostenía que el virus infecta el cuerpo humano por medio de las fosas nasales al demostrar que éste lo hace a través del sistema gastrointestinal para después extenderse por la sangre. Por este motivo desarrolló una vacuna oral con virus vivos debilitados que resultó ser más eficaz que la vacuna inyectable de virus muertos de Salk, pues permitía la inmunidad durante un período de tiempo más largo.
El científico, nombrado profesor emérito de la Universidad de Cincinnati en 1971, renunció a sus derechos de patente con el fin de facilitar la difusión mundial de su descubrimiento lo antes posible. Fallecido en 1992, nunca recibió el Premio Nobel de Medicina, que en 1954 fue otorgado por estudios vinculados a la poliomelitis a John Enders, Thomas Weller y Frederick Robbins.
Albert Sabin fue un científico ejemplar para la sociedad, dedicó su existencia a resolver un problema humano y lo ha logrado. Hoy, la vacuna Sabin oral se utiliza en todo el mundo y salva millones de existencias.
Desde allí, es que se desea rendir un humilde homenaje a quien no solo descubrió una vacuna importantísima para la humanidad, sino que también renunció a su recompensa económica en pos de sumar mayor beneficio a la sociedad de su época y de futuras épocas de la humanidad.