El legado del beato Carlo Acutis llega a Pigüé
Una nuestra y una charla sobre la vida y el legado del joven beato Carlo Acutis se realizarán hoy en Pigüé.
En la capilla Nazareth se expondrán sus reliquias y habrá una nuestra de su trabajo, de 15 a 17hs. Luego se invita a una adoración Eucarística.
En tanto a las 20 hs. El padre Sergio ofrecerá la charla "Santos acá y ahora" en la capilla medalla milagrosa del hospital de Pigüé.
Carlo Acutis fue un adolescente italiano que murió en 2006 y que fue beatificado el 10 de octubre de 2020 en Asís, la tierra de San Francisco.
La vida de Acutis, aficionado a los videojuegos y a la programación por computadora, que amaba el fútbol y la Eucaristía, ha generado gran interés en todo el mundo.
Carlo Acutis nació el 3 de mayo de 1991 en Londres (Inglaterra) donde trabajaban sus padres. Algunos meses después, sus papás Andrea Acutis y Antonia Salzano, se mudaron con él a Milán.
Siendo adolescente, a Carlo le diagnosticaron leucemia. Ofreció sus sufrimientos “por el Señor, el Papa y la Iglesia”.
Murió el 12 de octubre de 2006, día de la Virgen del Pilar. Fue sepultado en Asís a pedido suyo, debido al gran amor que le tenía a San Francisco.
Su causa de beatificación y canonización se abrió en 2013. Fue declarado venerable en 2018 y fue beatificado el 10 de octubre de 2020.
Desde muy pequeño Carlo mostró un especial amor a Dios, aunque sus padres no eran especialmente devotos. Su madre decía que antes de Carlo solo fue a Misa en su Primera Comunión, su Confirmación y su Matrimonio.
Carlo también amaba rezar el Rosario. Tras su Primera Comunión iba a Misa con frecuencia y se quedaba rezando en Hora Santa luego de la Eucaristía. Se confesaba una vez a la semana.
Le pedía a sus padres que lo llevaran en peregrinación a los lugares de los santos y a los sitios de los milagros eucarísticos.
Su testimonio de fe llevó a una profunda conversión a su madre porque, de acuerdo al sacerdote que promueve su causa, él “logró acercar a sus familiares, a sus padres a la Misa diariamente. No fue al revés, no fueron los padres los que llevaron al pequeño a Misa sino era él quien iba a Misa y que convenció a otros de recibir la Eucaristía todos los días”.
Era conocido por defender a los chicos de su escuela que sufrían bullying, especialmente niños con discapacidad. Cuando los padres de un amigo se estaban divorciando, Carlo hizo lo posible para incluirlo en la vida familiar de los Acutis.
Promovió los milagros eucarísticos, especialmente a través de un sitio web que diseñó con ese fin. Allí le decía a la gente que “mientras más frecuente sea nuestra recepción de la Eucaristía, más seremos como Jesús. Y en esta tierra podremos pregustar el Cielo”.
Cuando Carlo enfermó su vida de fe aumentó. Tenía toda la intención de ofrecer su sufrimiento por la Iglesia, el Papa y la gente enferma.
Carlo amaba los videojuegos. La consola que usaba era un Playstation o posiblemente un PS2, que fue lanzado al mercado en el año 2000, cuando tenía nueve años.
Se sabe que solo se permitía jugar una hora a la semana, como penitencia y disciplina espiritual, pero ciertamente sí quería jugar mucho más.
También era programador y, como ya hemos mencionado, hizo un sitio web sobre los milagros eucarísticos.
A Carlo también le gustaban los deportes en campo abierto. A muchos santos como a él les ha gustado el fútbol.
Un vocero de la beatificación de Acutis dijo que el cuerpo está íntegro pero “no incorrupto”.
“Hoy lo vemos otra vez en su cuerpo mortal. Un cuerpo que ha pasado, en los años de sepultura en Asís, por el proceso normal de deterioro, que es el legado de la condición humana luego de que el pecado fuera removido por Dios, la fuente de la vida. Pero este cuerpo mortal está destinado a la resurrección”, dijo el Obispo de Asís, Mons. Domenico Sorrentino, en la Misa para la apertura de la tumba el 1 de octubre de 2020.
El cuerpo de Acutis reposa en una urna de vidrio donde fue venerado por los peregrinos hasta el 17 de octubre de 2020. Está vestido con jeans y un par de tenis Nike, la ropa que solía usar.
El corazón de Carlo Acutis, que ahora puede ser considerado una reliquia, está en un relicario en la Basílica de San Francisco en Asís.
Su madre dijo que su familia quiso donar sus órganos cuando falleció, pero no pudieron hacerlo debido a la leucemia.