Más bochorno que fútbol
Lo que debía ser una final donde lo importante es lo que pasa con lo futbolístico dentro de una cancha, terminó siendo un enfrentamiento de 5ª división entre San Martín de Carhué y Club Sarmiento con varios incidentes, corridas, tres móviles policiales en el final donde el campeón recibió la copa por arriba del alambrado perimetral de manos de Miguel Juanicorena, integrante del Tribunal de Penas ya que el presidente Ernesto Palenzona se retiró aparentemente ofuscado por los reclamos de que fue objeto mientras estaba en la tribuna local con los parciales de San Martín.
Dentro de la cancha el primer incidente cuando el partido ya estaba 2-0 fue entre dos jugadores rivales, uno de ellos visiblemente alterado no podía ser contenido por integrantes del banco de suplentes inclusive el línea Pierobon recibió un golpe, se fue expulsado Diego López (SMC), y en el complemento tras otro incidente entre varios jugadores el que vió la roja fue Fermín Sportelli (CS).
Al término del cotejo cuando ya había presencia policial con tres móviles que habían estado dialogando con gente de la tribuna y autoridades de ambos clubes, la copa del campeón debió ser entregada por encima del alambre perimetral en el sector del visitante, hubo otras corridas cuando algunos pibes de Sarmiento reingresaron para sacarse fotos con sus compañeros, y quienes debieron permanecer largos minutos en su sector para no alterar más los ánimos.
El fútbol como otros deportes necesita de dos equipos para jugarlo y de un árbitro, y si es una final es obvio que uno festejará y el otro deberá bancarse la derrota, lo que no debe pasar es que ante cualquier roce o palabra las reacciones sean de una violencia difícil de entender.
Es un juego donde se puede acertar, son más las veces que se falla en el intento, y a ninguno se le va la vida por ganar o perder un partido.
Después de una pandemia que nos quitó tantos lindos momentos como el fútbol y donde murieron tantas personas queridas sería hora de que valoremos más la importancia de volver a hacer lo que nos gusta y a bancarnos lo que pase como gente de bien.