Cáncer de cuello uterino: ¿qué debemos saber?
El 26 de marzo se conmemoró el Día Internacional de la Prevención del Cáncer de
Cuello Uterino, también conocido como cáncer de cuello de útero, cáncer de cérvix ó cáncer cervical. ¿Qué debemos saber para prevenirlo o detectarlo? ¿Por qué es importante que no sólo las mujeres se informen?
¿Qué es el cáncer de cuello uterino?
El cáncer de cuello uterino ocurre debido a la transformación maligna de ciertos tipos de células que forman parte de esa estructura del cuerpo.
El cáncer de cuello uterino es considerado un problema de salud pública mundial y, es
uno de los 3 tipos de cáncer (junto con el cáncer de mama y cáncer de colon) para los
que existen programas nacionales de prevención organizados por el Instituto nacional del Cáncer, un organismo descentralizado dependiente del Ministerio de Salud de la Nación.
Todos debemos estar informados
Históricamente la ciencia médica se ocupó de informar sobre esta cuestión principalmente a las mujeres, pero los tiempos han cambiado y hoy hay muchos hombres que paternan o tienen hijas mujeres a su cargo, por lo tanto es muy importante que conozcan y ocupen de este tema.
El cuello uterino es la porción inferior del útero y desemboca en la vagina. También actúa como canal de parto en los nacimientos por parto vaginal. El cáncer de cuello uterino es causado por la infección de HPV (Virus del Papiloma Humano) de alto riesgo. Sin embargo, aunque haya infección, puede no desarrollarse el cáncer. El riesgo aumenta cuando la infección ocurrió a muy temprana edad (relaciones sexuales a muy temprana edad), por consumo de tabaco, infección con HIV, u otras infecciones del tracto genital (tricomonas, clamidia, herpes) y sistema inmune debilitado.
¿Cómo se transmite el virus que puede causarlo?
El HPV es transmitido por varones y mujeres. Ingresa a través de las pequeñas
lesiones que se generan durante la relación sexual. Es la infección de transmisión
sexual más frecuente. La mayoría de las infecciones por HPV se resuelven solas. Pero
un pequeño porcentaje puede persistir y favorecer el desarrollo de lesiones
precancerosas que se transforman en cáncer.
Nuestro país se encuentra dentro de los 112 países que implementaron la vacunación
contra el HPV en su calendario de vacunación nacional. La recomendación consiste en
vacunar a niñas y niños a los 11 años con dos dosis. La vacuna es segura, es efectiva y
protege contra los cánceres causados por el HPV. Con la vacuna se generan
anticuerpos que reconocen al virus e impiden que este ingrese en el organismo.
Es más eficaz cuánto más joven es la persona, y si no es activa sexualmente (porque tiene menos chance de estar en contacto con el virus). Pero además, las defensas que
genera la vacunación son muy superiores a las que se generan por una infección
natural.
Es importante tener en cuenta que aunque los niños no desarrollarán cáncer de cuello uterino, sí son posibles transmisores del virus del HPV que puede causar cáncer de ano, vagina, pene, vulva, faringe, lengua.
La importancia de la detección temprana
Entre la infección con HPV y la aparición de cáncer pueden transcurrir entre 5 y 20 años, de manera que hay mucho tiempo para hacerse los controles y detectar el virus ó lesiones sospechosas y tratarlas antes de que se desarrolle el cáncer.
En etapas tempranas, el cáncer cervical es asintomático en la etapa inicial. En esa etapa, es más simple y más efectivo el tratamiento. No hay que esperar a tener síntomas.
Además, el HPV es responsable de todos los cánceres de cuello uterino y también de
la mayoría de los cánceres de ano (88%), vagina (70%), vulva (43%), pene (50%), y
orofaringe (26%).
¿Cómo prevenirlo?
La buena noticia es que el cáncer de cuello uterino es prevenible:
- La vacunación contra el HPV previene que el virus ingrese en el organismo y
cause lesiones que puedan desarrollar cáncer. - El test de HPV permite saber si una persona tiene infección con algunos tipos
de este virus, pero un test negativo, no implica que no tenga riesgo de
desarrollar cáncer porque puede infectarse con otros tipos de virus de HPV que
no estén cubiertos por la vacuna ni por el test; por lo que debe repetir el test a
intervalos regulares. - Además un test positivo, tampoco implica que vaya desarrollar cáncer pero sí se debe consultar con su médico los pasos a seguir para controlarse.
- El test de Papanicolau (PAP) permite saber si una persona tiene lesiones precancerosas ó cáncer en el cuello uterino, y recurrir al tratamiento apropiado y opotuno.
- Mantener relaciones sexuales seguras: usar preservativo.
- No fumar.
Tres metas de la OMS
Con el objetivo de eliminar el cáncer de cuello uterino, la OMS planteó tres metas para el 2030:
1) Vacunar al 90% de las niñas antes de los 15 años.
2) Tamizar al 70% de las mujeres entre los 35-45 años con test de alta precisión.
3) Tratar y curar al 90% de las mujeres identificadas con enfermedad cervical. Esto llevaría a reducir las muertes por cáncer cervical en un 98% para 2090.
En línea con las recomendaciones de la OMS, en Argentina, el Instituto Nacional del Cáncer recomienda que todas las personas con cuello uterino entre los 25 y los 64 años, se realicen el examen de Papanicolau (PAP) ó el test de HPV.
Es importante destacar que dado que la frecuencia de infección por HPV es alta al
inicio de la actividad sexual pero que el 90% de las mismas son transitorias, no se
sugiere el test de HPV en menores de 30 años ya que puede generar ansiedad y
tratamientos innecesarios.
Se recomienda tamizar a las mujeres entre 25 y 29 años y a las embarazadas con PAP.
Las embarazadas también tienen y deben realizarse el PAP dado que ha ocurrido que tras dar a luz, se han detectado pacientes con cáncer de cuello uterino, las cuales han fallecido.
Derribando mitos
- El cáncer cervical no es una enfermedad familiar ó hereditaria.
- El cáncer cervical no es contagioso (lo contagioso es el virus del HPV).
- La ligadura de trompas previene el embarazo pero no previene el cáncer de cuello uterino.
- Aunque hayas tenido relaciones sexuales una vez, en algún momento de la vida, es necesario hacerse los controles
Recordá: “La prevención es la mejor cura contra el cáncer”.
Reflejos agradece el material aportado por Dra. Marilina Mascaró, investigadora del Departamento de Biología, Bioquímica y Farmacia y docente del Departamento de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional del Sur.