La Legisladora y nieta recuperada N° 66, Victoria Montenegro presentó su libro “Hasta Ser Victoria”
La legisladora porteña Victoria Montenegro presentó su libro “Hasta Ser Victoria” en las instalaciones de la Cooperativa de Trabajadores Textiles Pigüé. En su prólogo aparecen la titular de Abuelas de Plaza de Mayo Estela de Carlotto y el Secretario de Derechos Humanos de la Nación Horacio Pietragalla. “El objetivo de escribir este libro fue que se conozca mi historia para mantener viva la memoria, que llegue a quienes tienen dudas sobre su identidad y para aquellos que son militantes de los derechos humanos”, dijo la escritora.
Victoria Montenegro es hija de desaparecidos y nieta recuperada por Abuelas de Plaza de Mayo. El libro relata la historia de Victoria, hija de Toti Montenegro y de Hilda Torres, militantes desaparecidos por el Terrorismo de estado durante la última dictadura militar, la recuperación de su identidad y sus inicios en la militancia política. La escritora ha presentado este libro en la Feria del Libro en la ciudad de Buenos Aires, en distintas provincias del país y en exterior estuvo en Holanda y Países Bajos.
“Estoy muy contenta de estar nuevamente en esta cooperativa que es como una casa para nosotros. Es una manera de retribuirles el compromiso que tienen con nosotros. Recordamos que ellos son los que les donan generosamente el pañuelo a las abuelas que llevan en cada ejercicio de memoria. Soy nieta recuperadas por las abuelas. Mi historia como la de muchos otros está llena de contradicción. Fui apropiada por un Coronel del Ejército. Me tocó transitar un camino de reconstruir la identidad enfrentando situaciones complejas. Es además una oportunidad para pensar lo que fue todo nuestro proceso de memoria, verdad y justicia, y los desafíos que tenemos por delante”.
En "Hasta ser Victoria" relata el camino hacia la restitución de su identidad y todas las dificultades que atravesó. La actual legisladora porteña nació el 31 de enero de 1976 y 13 días después fue secuestrada junto a sus padres Roque Orlando Montenegro e Hilda Ramona Torres por un grupo de tareas comandado por el Coronel Herman Antonio Tetzlaff. Victoria Montenegro Torres fue una de los 500 bebés que la dictadura hizo desaparecer, la mayor parte de los cuales continúan desaparecidos. Ella, al igual que otros 130 niños, pudo recuperar su identidad luego de un largo, doloroso, contradictorio y finalmente liberador proceso.
“Destaco la militancia porque soy hija de militantes que estaban dispuestos a darlo todo por el amor a esta patria. Me llamo Victoria porque ellos decían que la victoria estaba a la vuelta de la esquina. Además dentro de un contexto en donde estamos por cumplir 40 años de democracia y hoy en día hay sectores que niegan esa parte de la historia y minimizan lo que fue la dictadura cívico militar. En medio de tanta negación la memoria y la militancia cobran valor nuevamente”, puntualizó Victoria.
El 13 de febrero de 1976, un grupo de tareas comandado por el coronel Herman Antonio Tetzlaff irrumpió en su casa, en la localidad de William Morris, provincia de Buenos Aires, y la secuestró, con apenas trece días de vida, junto a sus padres Roque Orlando Montenegro e Hilda Ramona Torres. Así, Victoria pasó a vivir escondida tras la identidad de María Sol, custodiada por el victimario de sus padres. Gracias a la larga lucha de Abuelas de Plaza de Mayo, que comenzó en 1984, Victoria logró recuperar su identidad y reencontrarse con su familia en 2001. Se convirtió en una militante por los derechos humanos y es actualmente legisladora por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
“Mi historia está llena de contradicciones. Mi expropiador fue jefe del operativo en el que secuestran a mis padres biológicos. Me costó mucho tiempo aceptar mi historia, fue como volver a nacer y construir una nueva identidad. Lo escribí pensando en mi nieto que es el primero de mi descendencia que nace en la verdad. En el caso de Horacio Pietragalla, actual Secretario de Derechos Humanos de la Nación, en esa vida de María Sol era mi primo, nos criamos juntos como hermanos. Era hijo de la mujer que trabajaba en mi casa. Cuando yo me acerco a las abuelas, Horacio decide buscar sobre su identidad y descubre en el año 2003 que no era Cesar Castillo sino Horacio Pietragalla. Escribir este libro fue muy sanador. Hay que agradecer lo que hicieron las abuelas con la búsqueda y luego la creación del Banco Nacional de Datos Genéticos y en el espacio en el Centro de Derecho por la Identidad para acompañar estos procesos con profesionales capacitados. Además del derecho a la identidad, camino forjado por las abuelas, que fue reconocido por el mundo entero para la construcción de un ser humano. En el presente hay un marco legal en donde todos los niños tienen derecho a saber su identidad”, concluyó la Legisladora.