Crece la polémica por los libros de Educación Sexual en la Provincia y ya hay una denuncia contra Sileoni
Una fundación acusa al director General de Cultura y Educación bonaerense por "promover la corrupción de menores" y "difundir pornografía".
Es por el contenido de la colección "Identidades bonaerenses" que se distribuye en escuelas y bibliotecas. La editora del material dice que las críticas son "infundadas y vagas".
La distribución de libros del catálogo “Identidades bonaerenses” en 2.350 escuelas secundarias y 443 escuelas secundarias técnicas bonaerenses disparó una polémica en torno al uso de estos textos para enseñar Educación Sexual Integral (ESI) dentro del aula, por las escenas de sexo explícito que describen. Ahora, el conflicto se tiñó de ribetes judiciales y escaló a nivel nacional con la intervención de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien habló de "degradación e inmoralidad", apuntando al gobernador Axel Kicillof y al titular de la cartera de Educación bonaerense, Alberto Sileoni.
En este contexto, la Fundación Morelli presentó una denuncia ante la Justicia de La Plata contra el director General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires por la presunta violación de varios artículos del Código Penal (arts. 125, 128 Y 248), entre ellos la difusión de material pornográfico a menores, y de la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. El escrito tramita ante la Fiscalía Nº 6 de La Plata.
La distribución de libros del catálogo “Identidades bonaerenses” en 2.350 escuelas secundarias y 443 escuelas secundarias técnicas bonaerenses disparó una polémica en torno al uso de estos textos para enseñar Educación Sexual Integral (ESI) dentro del aula, por las escenas de sexo explícito que describen. Ahora, el conflicto se tiñó de ribetes judiciales y escaló a nivel nacional con la intervención de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien habló de "degradación e inmoralidad", apuntando al gobernador Axel Kicillof y al titular de la cartera de Educación bonaerense, Alberto Sileoni.
En este contexto, la Fundación Morelli presentó una denuncia ante la Justicia de La Plata contra el director General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires por la presunta violación de varios artículos del Código Penal (arts. 125, 128 Y 248), entre ellos la difusión de material pornográfico a menores, y de la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. El escrito tramita ante la Fiscalía Nº 6 de La Plata.
La distribución de libros del catálogo “Identidades bonaerenses” en 2.350 escuelas secundarias y 443 escuelas secundarias técnicas bonaerenses disparó una polémica en torno al uso de estos textos para enseñar Educación Sexual Integral (ESI) dentro del aula, por las escenas de sexo explícito que describen. Ahora, el conflicto se tiñó de ribetes judiciales y escaló a nivel nacional con la intervención de la vicepresidenta, Victoria Villarruel, quien habló de "degradación e inmoralidad", apuntando al gobernador Axel Kicillof y al titular de la cartera de Educación bonaerense, Alberto Sileoni.
En este contexto, la Fundación Morelli presentó una denuncia ante la Justicia de La Plata contra el director General de Cultura y Educación de la Provincia de Buenos Aires por la presunta violación de varios artículos del Código Penal (arts. 125, 128 Y 248), entre ellos la difusión de material pornográfico a menores, y de la Ley 26.061 de Protección Integral de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes. El escrito tramita ante la Fiscalía Nº 6 de La Plata.
La palabra de la editora
En diálogo con Clarín, Julieta Elffman, comunicadora especializada en ciencia y tecnología y editora, a cargo de la edición del catálogo “Identidades bonaerenses”, aclara que la colección representa una selección de más de 100 libros que desde hace un año está llegando a las bibliotecas de las escuelas secundarias, escuelas de adultas y adultos e institutos de formación docente de todo el territorio bonaerense.
“Se trata de libros que están a disposición de docentes, bibliotecarias y bibliotecarios, que son las y los mediadores de lectura que pueden elegir qué libros poner en circulación en cada caso o cuáles pueden ser una herramienta válida para abordar ciertas temáticas a las que es necesario darles lugar en el ámbito escolar”, justifica.
En cuanto a las críticas viralizadas sostiene que “son infundadas y vagas”. “En nombre de una falsa libertad buscan censurar el derecho a la lectura de miles de pibas y pibes de nuestra provincia y decirnos qué pueden o qué deberían leer, cuando la política pública de educación con acceso a los libros busca favorecer y estimular la posibilidad de elegir y construir el propio recorrido lector de cada estudiante. Esta colección busca, entre otras cosas, garantizar el derecho a elegir qué libros quiere leer cada estudiante”, dice.
¿Cómo se pueden abordar pedagógicamente? Estos libros no llegan a las escuelas solos sino que lo hacen acompañados de un catálogo muy completo que ofrece una reseña detallada de cada título e incluye recomendaciones de lectura, orientaciones sobre la edad de los lectores y sugerencias de acompañamiento por parte de mediadores en el caso de los libros que pueden resultar más conflictivos o complejos de abordar. Así lo explica Elffman.
“Asimismo, es acompañada por un dispositivo pedagógico que incluye charlas con las y los autores, conversatorios sobre diferentes temas, lecturas de fragmentos e intervenciones artísticas que se realizan en articulación con las mismas escuelas que reciben las colecciones”, agrega.
¿Cuál es el criterio de selección? Se trata de un conjunto de libros de narrativa, poesía, novela gráfica, teatro, ensayo y comunicación de la ciencia que recuperan la pregunta por la identidad, el territorio y sus voces para poner en el centro de la escena la diversidad de voces, imágenes, temáticas, problemas, condiciones de vida, que atraviesan a la provincia de Buenos Aires desde la perspectiva propia de quienes la investigaron, evocaron e imaginaron.
"Como dijo un poeta alemán en el siglo XIX, allí donde se queman los libros se acaba quemando personas. Por eso, tengo una consigna clara: con los libros, no", cierra.