Me dirijo a la comunidad, hace tiempo que veo que Cáritas de la Capilla Nazaret saca bolsas de consorcio llenas de ropa a la basura. ¿Por qué?, era mi pregunta y la de la gente de mi barrio.
Ayer, con una amiga abrimos dos bolsas y ¡oh sorpresa! ropa rota, sucia, diría mugrienta. Hay que tener cara y desfachatez para ayudar de esa manera a los pobres, a los más necesitados, a nuestros hermanos. Después se llenan la boca diciendo ayudar a Cáritas. ¿Tanto cuesta lavar, acondicionar y arreglar la ropa? Si querés ayudar, da lo bueno; no te saques tu ropa íntima sucia y la dones, tirala a la basura. Eso es no tener dignidad.
Soy una mujer grande, humilde, doy ropa a Cáritas en buenas condiciones, lavada, planchada. ¡Es fácil limpiar el placard y tirárselo a los pobres! ¡Ayer pasé vergüenza ajena, lo juro!
Tomá conciencia y un poco de tu tiempo si querés ayudar. Pidan perdón a Jesús crucificado y ojalá esto no se repita para el bien de la gente que trabaja en Cáritas y de nuestros hermanos necesitados. ¡Al que le quepa el sayo, que se lo ponga! Celia Becker