del EDITOR al LECTOR
(por Walter Ditrich. walter@semreflejos.com.ar)
El año político comenzó con alto voltaje en el distrito. El 2010 había cerrado con Grenada confirmando que no será candidato a un cuarto mandato. El 2011 arrancó con la visita de Carrió y la semana pasada estalló la confirmación de que Corvatta quiere ser candidato por el PJ.
Aparentemente, dio resultado una especie de operativo «clamor» local, donde desde hace mucho tiempo los distintos sectores justicialistas del distrito aseguran que Corvatta es «prenda de unidad». Esto es, «detrás de Hugo sí vamos todos juntos». Hasta aquí, Corvatta nunca fue candidato en el distrito y tampoco se postuló para cargos electivos que tuvieran que ver con algún poder ejecutivo. Desde que en 1987 asumió como Senador, se mantuvo siempre en la cima del poder provincial y batió récords siendo más de una década Vicepresidente Primero de la Cámara alta.
Por lo que por primera vez en su vida «baja» al pago chico a inmiscuirse en la pelea electoral como candidato. Porque antes, si bien condujo el justicialismo eligiendo candidatos, nunca conformó listas.
En lo estrictamente formal, Corvatta es hasta ahora solo un «precandidato». Comparte ese rango con Aldo Díaz y un tercero/a en discordia que mantiene el estatus de tapado/a. Se ha dicho que no habrá internas si no aparece un cuarto y que el justicialismo definirá entre los tres por consenso. Esto ha abierto un enorme concierto de rumores y suspicacias. Algunos piensan que se trata de una jugada de Corvatta para legitimar a Díaz.
Otros sostienen que verdaderamente el ex legislador quiere ser Jefe Comunal. Y también se asegura que debió aceptar la precandidatura por las presiones internas y los pedidos desde jurisdicciones mayores. Es que desde dentro y desde fuera lo ven como la única figura capaz de unir el PJ local y es claro que tendría las mejores chances de disputarle la comuna a la UCR.
Por lo demás, su anuncio también generará preocupación en la vereda de enfrente. No es lo mismo para el oficialismo enfrentar al justicialismo dividido, como ocurrió en las últimas tres elecciones, que enfrentarlo unido y con Corvatta como candidato. Máxime, teniendo que posicionar a un figura nueva para suceder a Grenada.
Como sea, lo que viene, seguramente será un año electoral fascinante. Porque si finalmente Corvatta encabeza al peronismo unido, asistiremos a un proceso electoral con final más que abierto.
Quien sea candidato o candidata del oficialismo presentará a la gestión Grenada como aval y apuntará a la continuidad de un estilo muy marcado. Mientras que el justicialismo, opondrá una campaña criticando el «estancamiento del distrito» y prometiendo obras y una fuerte inversión de la mano de los poderes nacionales y provinciales.
El choque de estilos sería muy marcado.
Los próximos meses, serán claves para despejar dudas y definir candidaturas, proyectos, alianzas y rupturas.
Cuando todos los puestos tengan nombre y apellido, asistiremos a una disputa que será dura, extensa y apasionada.
Esperemos que todas las fuerzas logren postular a los mejores candidatos. Y que todos se respalden en los mejores proyectos que los posicionen en condiciones de ganar. Porque esto deberá, necesariamente, elevar el nivel del debate.
Y con mejores proyectos, mejor debate y mejores candidatos, ganaremos todos.
Que así sea.