Bomberos de las provincias de La Pampa, Río Negro y de distritos del sur de Buenos Aires continúan trabajando para extinguir los principales focos de los incendios rurales que afectaron a casi 1.200.000 hectáreas.
“En la estancia ardieron cerca de 8.000 hectáreas de pastizales. Todavía no valuamos los daños, pero sabemos que los animales se salvaron. Perdimos alambrados y algunos molinos”, dijo.
Benamo contó que durante el año hicieron varios cortafuegos de 50 metros, pero se quejó porque algunos no lo hacen.
“Necesitamos tomar conciencia de la importancia que tiene mantener los alambrados limpios. Con eso colaboramos con los bomberos, que realizaron un trabajo extraordinario”, dijo.
Enrique Baraboglia, Río Colorado (Río Negro)
“Dos incendios me quemaron 2.750 hectáreas en las que pastaban mis vacas. Hice los cortafuegos, pero los focos arrasaron con postes, alambrados, todo. Mis 250 animales pudieron escapar, pero ahora no tienen alimento”, dijo.
El ganadero contó que la Sociedad Rural pondrá a disposición varios especialistas en nutrición animal para elaborar dietas paliativas con avena o cebada y así mantener la hacienda durante un tiempo.
“El trabajo de los bomberos de la zona fue incansable, pero varios vecinos perdieron corrales, galpones, maquinarias. Sólo nos queda salir adelante como cuando debimos superar la época de sequía”, dijo.
Guillermo Videau, La Adela (La Pampa)
“El fuego me quemó el 10 % de los animales. Mi campo de 2.000 hectáreas se incendió por completo”, dijo.
El productor explicó que por la conservación de bosques que rige en ese área sólo pueden hacer 8 metros de cortafuegos. “Para parar el avance del fuego necesitamos al menos unos 50 metros de picadas porque el pastizal es mucho”, se quejó.
También pidió más infraestructura: “Los aviones hidrantes nunca llegaron, eso no puede pasar”, dijo.
Carlos Istilart, Villarino (Buenos Aires)
“Las autoridades nos echan la culpa por la falta de cortafuegos, pero ellos no se encargan de cortar los pastizales en las banquinas de los caminos”, dijo el productor al que se le quemó la mitad del campo.
Istilart contó que perdió 1.000 metros de alambrados y las reservas de alimento que tenía para sus animales.
“Tengo mucho monte, con camiones hidrantes fue difícil entrar. Lo ideal hubiese sido contar con aviones, pero no los mandaron”, dijo.
(*) La nueva.