(Por Jorge Sandoval de la redacción de Reflejos) Luego del festival de box que se promocionó solidario por Pía Foissac, se supo que el rédito no fue el esperado por los gastos de organización del mismo, ya que si bien cobraron menos de lo que hacen habitualmente, los boxeadores foráneos que fueron amplia mayoría percibieron $ 600 cada uno a lo que hay que sumar gastos de viáticos desde Capital Federal, provincia de Buenos Aires, Bahía Blanca, La Pampa y Río Negro, en síntesis, apenas $ 6.000 fue el excedente, muy poco para tamaño esfuerzo de la familia y de todos los que colaboraron de buena fe.
«Eran los viáticos y la comida y me salieron con $ 600 cada uno. Ya está, uno tiene que aprender», nos confió Anabel, remarcando que no era eso lo que habían hablado previamente.
A esa cifra, hay que sumar flete del traslado del ring desde Bolívar, la filmación del evento por una empresa y el árbitro, por lo que lo concerniente al festival de boxeo sólo dejo un magro superávit.
Sí lo que aportaron los jueces que no percibieron un centavo, esto se aclaró después tras una confusión inicial, y los dirigentes de Unión Pigüé que cedieron el gimnasio sin cargo y la mano de obra de la cantina para que el total de lo que se recaudara fuera para Pía, y del mismo modo lo hicieron entre otros los integrantes de la peña Dale Bó y el municipio.
El organizador del evento Walter Cabral no quiso hacer declaraciones públicas lamentando el desenlace porque remarcó que su única intención fue colaborar con Pía y no quería polemizar, aunque aseguró que previamente se le había dado a Anabel Foissac un detalle de los gastos que implicaba armar un festival de boxeo y que remarcó fueron mucho menores a lo habitual ya que todos colaboraron cobrando mucho menos. «Yo no me quedé con un peso, lo único que se cobró fue el flete del traslado del ring», confió el promotor radicado en Bolívar.
Sabido es que desde que surgió la posibilidad de que Pía pueda someterse a un tratamiento en China para poder ver, hubo muchos gestos solidarios y también algunas iniciativas más entusiastas que sensatas.
No es esta la primera y ojalá sea la última, en que alguien o algunos, le proponen a la familia de Pía algún evento asegurando total éxito que le permitirá sumar buenos pesos para llegar a la cifra de 60 mil dólares que es lo que se necesita y después apenas si se recauda para afrontar los gastos o dejar un pequeño excedente como en este caso.
Pía, Anabel, su familia y entorno, no creo que sepan mucho de boxeo y seguramente estarán aprendiendo a organizar eventos con el único fin de llegar a conseguir el dinero que falta para que la ilusión de Pía se haga realidad.
En este camino están, haciendo una cena, montando cantinas en varios eventos, vendiendo tortas, rifas, haciéndose cargo de costear un festival como el viernes, y siempre agradeciendo la mano solidaria de nuestra comunidad.
No me parece totalmente justo tal como muchos comentaron en las redes sociales a partir de la difusión de esta situación, caerle encima a Anabel y su entorno tildándolos de desagradecidos «porque aunque sea poquito igual es una ayuda», lo que creo necesitan es que les demos una mano solidaria y fraternal, con entusiasmo sí, pero también con una buena dosis de sensatez.