Basquet
11 de Agosto de 2021

Erbel de Pietro “La pasión por el deporte me llevó a seguir”

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Tras lograr un histórico ascenso con Unión de Santa Fe a la Liga Nacional de Básquetbol, el escolta Erbel de Pietro destacó la importancia de lograr un objetivo tras un duro año atravesado por la pandemia. El pigüense fue clave en la obtención de la Liga Argentina derrotando en la serie final a Villa Mitre de Bahía Blanca.

“Veníamos de muchos meses sin jugar, estuvimos casi 10 meses sin pisar una cancha, así que volver y que se haya logrado esto, la verdad es que estoy muy contento”, señaló en diálogo con Reflejos acotando que se sumó al tatengue en diciembre último para una competencia que se inició en febrero y culminó la semana pasada.

“Fue bastante intensa, en modo burbuja, muchos partidos seguidos. Se intentó disputar como se pudo el torneo y por suerte llegó a su fin”, dijo y que por fortuna el torneo no se paró salvo un breve período entre fines de mayo y principios de junio aunque hubo que reprogramar algunos enfrentamientos por contagios.

El equipo santafesino logró volver a la elite del básquetbol tras 34 años de ausencia, “Unión tiene un proyecto que viene de hace un par de años que viene mejorando con el tiempo y este año estaban todos enfocados, con la cabeza en el objetivo y mucho deseo y compromiso para lograr lo que se logró y terminar como terminamos”, afirmó.

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“Kiki” como se lo conoce de chico tiene una vinculación con el básquetbol que viene de familia, su papá Claudio y su abuelo José fueron destacados jugadores en Bahía Blanca y otros clubes.

Claudio jugó en Liniers de Bahía, se fue estudiar a Olavarría, donde integró los equipos de Racing y Estudiantes, aunque el más famoso es el abuelo José Alejandro De Pietro. Pepe, como lo conocían, jugó en Pacífico entre 1937 a 1945. Desde 1946 a 1960 estuvo en Leandro N. Alem. También fue jugador de la selección bahiense, de Provincia y hasta de Argentina, en 1944, en un partido amistoso en Montevideo, ante Uruguay, junto con Héctor Bournaud y Sotero Solá, quien desistió de participar, algo que fue destacado en una nota que publicó La Nueva. hace unos días.

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“Muy contento por esa nota, mi papá (Claudio) se emocionó, le gustó que lo haya nombrado, y que haya nombrado a su papá. Salió linda esa nota”, dice Erbel quien es un trotamundos del básquetbol, con 33 años ya vistió la camiseta de unos doce clubes diferentes.

Actualmente el escolta de 1,86 mts. radicado en Chivilcoy ya está analizando su futuro porque la competencia inicia en unas tres semanas.

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Recordando sus inicios “Con mi papá en el CEF 83, después fuimos a Sarmiento, era medio difícil, todo a pulmón, e Independiente era el equipo que más podía participar en torneos, de hecho el año que estuve ahí participamos en una Liga Juvenil contra clubes que tenían buen nivel y nos mostraban como era la realidad… Creo que la pasión por el deporte fue lo que me llevó a seguir haciéndolo, porque la verdad es que disfruto el jugar al básquetbol, comencé por hobbie, hoy se transformó en mi trabajo y con 33 años lo sigo disfrutando como el primer día, y eso creo que me lo dió el básquetbol de Pigüé”, señala y que de esa época mantiene el vínculo con “Sebastián Teiletche, David Fric, Cristian Schmidt, somos un grupo de amigos que nos juntamos siempre… Y con el Topa Carbonell que fue nuestro técnico siempre con quien quedó una muy buena relación y siempre voy a Pehuencó a visitarlo unos días”.

Destacando finalmente que por la pandemia siendo un jugador profesional de básquetbol se vió obligado a buscar otras alternativas laborales. “Tuve que salir a laburar de otras cosas, soy profe de educación física y tuve que salir a dar personalizados, a vender algunos productos de suplementación deportiva, a adaptarme un poco como creo que hicimos la mayoría de las personas que nos quedamos sin laburo ahí en la pandemia, y hoy por suerte no lo hago más y espero no tener que volver a laburar de algo que no me gusta”, confiesa.

Anticipando que en los próximos días estarán paseando unos días por Pigüé con sus papás, seguramente buscando abrevar en los afectos e iniciar una nueva temporada de básquetbol.

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