Editorial
24 de Julio de 2020

La peste y la historia que vendrá

La peste y la historia que vendrá

(por Walter Ditrich),. En el futuro, los libros de historia hablarán de la época en la cual estalló “la mayor epidemia de peste de la historia” . Ese capítulo es probable que diga cosas como ésta: “fue tan sólo comparable con la que asoló el continente en tiempos del emperador Justiniano (siglos VI-VII).  Esa peste se convirtió en una inseparable compañera de viaje de la población del mundo. La peste tuvo un impacto pavoroso: por un lado, era un huésped inesperado, desconocido y fatal, del cual se ignoraba tanto su origen como su terapia; por otro lado, afectaba a todos, sin distinguir apenas entre pobres y ricos. Quizá por esto último, porque afectaba a los mendigos, pero no se detenía ante los reyes, “tuvo tanto eco en las fuentes escritas, en las que encontramos descripciones tan exageradas como apocalípticas”. “Sobre el origen de la enfermedad,  circulaban  explicaciones muy diversas. …..Hubo quienes imaginaron que la peste podía tener un origen astrológico”, también podría agregarse en el capítulo sobre la peste.

El capítulo citado ya fue escrito. Porque no se refiere al COVID 19 como podemos suponer con ojos de presente. Sino  que está extraído de National Geographic.  Y habla de  “la peste negra”, que azotó al mundo a mediados del siglo XIV, entre 1346 y 1347. Aunque bien podríamos titularlo “EL CORONAVIRUS” y el texto funciona de la misma manera.

La peste negra, dice la historia, “se transmitió a través de barcos y personas que transportaban los fatídicos agentes, las ratas y las pulgas infectadas, entre las mercancías o en sus propios cuerpos, y de este modo propagaban la peste, sin darse cuenta, allí donde llegaban. Las grandes ciudades comerciales eran los principales focos de recepción. Desde ellas, la plaga se transmitía a los burgos y las villas cercanas, que, a su vez, irradiaban el mal hacia otros núcleos de población próximos y hacia el campo circundante. Al mismo tiempo, desde las grandes ciudades la epidemia se proyectaba hacia otros centros mercantiles y manufactureros situados a gran distancia”.

Las consecuencias fueron fatales: “En términos absolutos, los 80 millones de europeos quedaron reducidos a tan sólo 30 entre 1347 y 1353”. Recién en el siglo XIX se descubrió el origen de la peste: la bacteria yersinia pestis, que afectaba a las ratas negras y a otros roedores y se transmitía a través de los parásitos que vivían en esos animales, en especial las pulgas (chenopsylla cheopis), las cuales inoculaban el bacilo a los humanos con su picadura…”

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La historia futura, hablará seguramente de la pandemia del CORONAVIRUS que le puso un freno de mano al mundo globalizado “allá por 2020”. También dirá que  la enfermedad era desconocida y sin cura en sus orígenes. Que los viajeros la llevaron a todos los rincones del planeta y que el virus no diferenció, al igual que la peste negra, entre ricos y pobres. Esperamos que el resultado final cambie y  las cifras de víctimas no se repitan…

La historia de las pandemias que azotaron a la humanidad, tendrán que hacer mención, además del COVID 19 y la peste negra,  a la viruela, a la gripe española, la gripe asiática, la gripe de Hong Kong y el Virus de Inmunodeficiencia Adquirida (VIH).

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Tal vez, en el epílogo de “La historia de las pandemias de la humanidad” concluirá en un final feliz. Diciendo, por ejemplo:  “luego de sufrir la última gran peste, las naciones del mundo se decidieron a priorizar la inversión en investigación científica reduciendo la carrera armamentista”. “Además, multiplicaron los presupuestos de salud y de acceso a los servicios básicos y se abandonó la idea de la vida en grandes ciudades cambiando la  concentración de la densidad demográfica con énfasis en el cuidado del medio ambiente….”. “ El capital abandonó el paradigma de la rentabilidad extrema mutando a una mirada humanista donde la economía finalmente estuvo al servicio del hombre y no el hombre al servicio de la economía”.

“Por fin, la última gran peste, le enseñó a la humanidad que la vida humana es lo más importante”, quisiera que las nuevas futuras generaciones lean cuando estudien nuestra historia.

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Es hora de comenzar a escribir la historia que vendrá. Que así sea. t

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