Funcionará en tres espacios diferentes hasta que se concrete la posibilidad de alquilar un salón definitivo que se está gestionando con una institución de Pigüé.
A raíz de problemas de infraestructura edilicia que ponían en riesgo al alumnado, tras 16 años, el Instituto Coreográfico Pigüé, dejará de funcionar en el tradicional salón de Av. Mitre y Ciudad de Rodez.
Así lo confirmó la directora de la escuela de danzas, Laura Burggi quien explicó “Empezamos a tener problemas edilicios insalvables. El edificio es muy viejo y hay que ponerle mucho dinero para seguir sosteniéndolo. Con Natalia (Litre) vimos que había cosas que no nos gustaban que estaban sucediendo y que ponían en peligro el bienestar de las nenas. Se estaban descascarando paredes, es un edificio de muchos años, hay que hacerle una refacción muy importante y quién tiene que estar interesado en esta remodelaciones es el dueño; entonces decidimos irnos” dijo Laura Burggi.
Sobre los nuevos lugares en dónde va a funcionar momentáneamente el instituto, Burggi señaló “En cuanto empezamos a comunicarle a nuestros amigos que nos teníamos que ir de ahí, todos nos ofrecieron su espacio físico. Los primeros fueron los amigos de Artimusa. Por ahora tenemos un salón prometido para mudar toda la escuela de danzas, pero no podemos adelantar nada; pero mientras tanto para no dejar de trabajar nos trasladamos a tres espacios diferentes:
- Danzas clásicas: Stylo Gym -Colón 460
- Danzas contemporáneas: La Zorrilla teatro
- Expresión corporal: El Refugio
- Ensayos semanales: una vez por semana en el teatro Español (por el convenio municipal)
Además Laura aclaró que de ahora en adelante estarán trabajando con esta modalidad pero sin modificar los días y los horarios de clases. Las actividades se desarrollan cumpliendo estrictamente los protocolos y con grupos de no más de diez alumnas.
“En lo personal fue muy difícil dejar este espacio físico porque ahí se formaron una generación de excelentes bailarines como Justina Dailoff, Eliana Picallo, Francisco Schilereff, Delfina Rivas, Paloma Marino. Era nuestra segunda casa y le saqué el jugo hasta último momento. Había cuestiones edilicias que yo trataba de ir arreglando con la ayuda de la municipalidad y con la plata recaudada los espectáculos, pero es necesariar una refacción muy grande. Es una esquina muy linda e histórica de Pigüé, por eso creo que estemos nosotros o haya allí otra actividad, habría que preservarla. Si fuese mía hubiese hecho otro tipo de inversión, pero al alquilar es imposible” concluyo la profesora Laura Burggi.
