(Por Walter Ditrich. walter@semreflejos.com.ar)
Nunca más un fiscal pidiendo que nunca más.
Nunca más las botas pisando fuerte,
los asesinos en puntas de pie,
los ladrones de guante blanco,
y los cómplices caminando en sin hacer ruido.
Nunca más los desaparecidos que no están
y los bebés que vieron luz en la oscuridad.
Nunca más las madres despojadas
las abuelas que buscan como detectives
y las vidas robadas como trofeos de guerra sucia.
Nunca más las miradas que no quieren ver
los oidos que no escuchan
los vecinos que no se meten
los excusadores del algo habrán hecho
Nunca más los censurados que no pueden decir
y los autocensurados que no se animan a hablar
Nunca más los libros rotos
los discos rayados,
los artistas exiliados
la cultura amordazada.
Nunca más el terror
como música funcional de la nación.
Nunca más los genocidas impunes
Nunca más los niños que nos faltan
Nunca más gerras estupídas
generales más estúpidos
muertes estúpidas
excusas estúpidas
y explicaciones estupidas.
Nunca más, una patria estúpida y asustada.
Nunca más la muerte reinando
el terror dominando
el garrote juzgando
la sangre derramando
la injusticia desfilando
el silencio hablando.
Nunca más
tener que gritar
nunca más.