La densísima niebla que cubrió la ciudad durante toda la jornada, dejó una postal curiosa: ocultó la torre del templo parroquial local. Resultaba muy extraña la imagen de la plaza de Pigüé sin ver la torre de la Iglesia.
La densísima niebla que cubrió la ciudad durante toda la jornada, dejó una postal curiosa: ocultó la torre del templo parroquial local. Resultaba muy extraña la imagen de la plaza de Pigüé sin ver la torre de la Iglesia.