El viernes por la noche dejó una postal inolvidable en el campo de jineteada de la 6ta Fiesta Nacional del Reservado. Es que Orlando Vera Cruz ingresó desde el fondo de la noche montado en un caballo y atravesó a la multitud recitando su popular Pilchas Gauchas.
El rosillo del apadrinador Santiago Lynch se quedó más que tranquilo y Vera Cruz aprovechó para tocar la guitarra montado. Tras un par de canciones, invitó a su acordeonista, quien se paró en una silla entre el público y lo acompañó todo el recital.
El público no podía creer lo que veía. Se arremolinaban en torno al cantante, para sacar fotos y filmar. Vera Cruz, retó a algunos porque molestaban al caballo. Le dijo a Tincho Benítez de la comisión que apagara el cigarrillo y hasta ahuyentó a un borracho diciéndole que sólo los soporta cuando él también está ebrio.
Al ritmo de la guitarra y la acordeona fue desandando su repertorio y hasta contó que alguna vez tocó en la escuela de Arequito, ante una chiquita de guardapolvo blanco que hoy es Soledad.
Si bajarse nunca del caballo, terminó su recital ante la oración general. Claro que agradeció a Lucchini sonido porque de manera inhalámbrica se pudo escuchar de manera perfecta su actuación. Después, saludó a toda la paisanada recorriendo todo el predio y tardó largos minutos hasta que pudo llegar a zona de camarines.