La historia cuenta que hace 30 años, precisamente en el año 1982, Carlos “Soco” Magno junto a su padre Carlos Pedro Magno y a su grupo de colaboradores venían de lograr el subcampeonato de la espectacular categoría Mar y Sierras con un chasis construído en Pigüé por Raúl “Rulo” Foissac con un motor Ford armado con elementos del “Polaco” Herceg.
Por aquellos años era una de las categorías más importantes y fuertes, de la cual salieron pilotos tales como “Pepino” Malizia, el “Colorado” Occhionero, Oscar Alaux, Raúl Foissac, Armando Ciancaglini y tantos otros. El objetivo era dar el salto grande al automovilismo nacional, y para ello viajaron a Tandil y adquirieron el Dodge 1500 de Eduardo Usandizaga, el cual precisamente fue el último Dodge 1500 en disputar una carrera de TC 2000. Pero al cambiar en cierta forma el reglamento, éstos quedaban “fuera de combate” y “Soco” junto a su gente no podían debutar en la categoría. El auto quedó guardado en uno de los galpones de la familia conservando hasta no hace mucho los colores originales, pero “Soco” quería cumplir el sueño de “devolverle la vida”, más que nada en honor a su padre que tanto hizo para que él pudiese correr. Fue así entonces que pusieron manos a la obra lentamente, y de a poco lo fueron restaurando pero conservando todo en su lugar y en estado totalmente original. Hace pocos dias el Dodge 1500 volvió a “rugir” con un trabajo increíble en su motor de un artesano de la mecánica como lo es el pigüense Feliciano Weinzettel y con la colaboración de un ex piloto y amigo personal de Magno como lo es Pablo “Pali” Lamariano. Si bien el auto no competirá en ninguna categoría, la idea es tenerlo para exhibiciones y ayer se lo vio en el autódromo local .. “El Dodge volvió a rugir”